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Channel: Recetas – Tarta de manzana
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Pumpkin Whoopie Pies

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  Sí, ya sé que suena muy raro para ser un pastelito, pero los Whoopie Pies son otro de esos típicos dulces americanos y todavía no había horneado ninguno. Así que ya que estos días tenía por casa puré de calabaza asada de sobra aproveché para hacer una tanda para merendar el domingo. Y tanto me han gustado que como veis ya los he subido al blog. Hace tiempo me compré un molde para Whoopies, pero ya os digo yo que no hacen falta, es más, con el molde queda una rebaba rara que no me gusta pero como no quiero tener moldes por estrenar allá que me fui a hacerlo. ¡Qué delicia! Está jugoso, cremoso, delicioso, hasta me gusta recién sacado de la nevera, como un sandwich frío. Y el relleno de queso crema le va que ni pintado.

  Y ahora diréis … Nos va a contar la historia de estos pequeños y deliciosos pastelitos. Si es que me conocéis muy bien jejeje. Los Whoopies Pies son muy populares en la costa Este Norteamericana, sobre todo en Pennsylvania, donde se han convertido en una tradición de los Amish, y en Maine, ya que ambos se disputan su origen. El más típico es el de chocolate pero los de calabaza también se han hecho muy populares. Un sandwich hecho con dos galletas abizcochadas y una generosa cantidad de crema en su interior. La cocina amish se trata de viejas recetas que han alimentado a las familias durante generaciones, sin fusiones ni mezclas de moda ni entre culturas. Estos pasteles  whoopie fueron considerados un regalo especial porque fueron hechos originalmente de masa sobrante de los bizcochos. Según la leyenda de los Amish, cuando los niños o maridos encontraban estos bocaditos en sus fiambreras de comida, gritaban “Whoopi!“. Los amish también les llaman hucklebucks. El relleno suele ser generalmente de dos tipos, con un glaseado espeso hecho con dulce de manteca vegetal Crisco y azúcar glas o con marshmallow FLUFF, esa crema pecaminosa de nubes.

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  La entrada de hoy es tan rápida que casi no me dejan ni fotografiar este postre. Los han devorado sin piedad. ¡¡¡¡¡Mami date prisa que tenemos hambre!!!!!-dijeron las fieras. Jejeje son insaciables, pero es la única manera de que mi pequeña coma calabaza, en crema o en postre. Me vais a perdonar que hoy no ponga el paso a paso pero es que es muy sencillo. La receta es del libro de Hummingbird Baker Cake Days-Recipes to make every day special, de Tarek Maalouf and The Hummingbird Bakers. Es un libro de lo más completo con cakes, cupcakes, loafs, whoopies, bars, pies, muffins, cookies, … Como veis no tiene desperdicio. Ya he hecho varias y quedan genial. Se trata de una cadena de pastelerías londinense pero con productos típicamente americanos. La primera de estas Bakerys nació en 2.004 en el barrio de Nothing Hill. Luego abrieron unas cuantas más por la ciudad y hasta tienen una en Dubai. Los libros no tienen desperdicios, tengo varios y son recetas deliciosas de las que nunca fallan.

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  He modificado el relleno porque lleva crema de marshmallows (nubes de chuche) y yo no se la he puesto. Me parecía que iba a quedar demasiado dulce. Creo que con el resto de ingredientes queda genial, como el frosting de la Carrot Cake. Así que doblé cantidades y obvié la crema de nubes. Recordad que si no digo lo contrario, ingredientes a temperatura ambiente. Aunque veáis en la foto que he utilizado el molde de Whoopies no es necesario. Con la ayuda de dos cucharas soperas se coloca la masa formando un círculo de unos 5 cm de diámetro y dejando una separación de al menos 2-3 cm entre ellos porque crecen en el horno. Vamos con la receta.

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Pumpkin Whoopie Pies

INGREDIENTES (para unos 8-10 whoopies):

Whoopies

– 120 ml de aceite de oliva suave

– 200 g de azúcar moreno claro (light brown sugar)

– 1/2 TSP o cucharadita de extracto de vainilla

– 1 huevo tamaño L

– 115 g de puré de calabaza (asada o hervida)

– 250 g de harina de todo uso

– 1/2 TSP o cucharadita de polvo de hornear

– 1/2 TSP o cucharadita de bicarbonato sódico

– 1/2 TSP o cucharadita de sal

– 1 TSP o cucharadita de canela molida

– 1 TSP o cucharadita de jengibre

Crema de queso

– 190 g de mantequilla sin sal

– 300 g de azúcar glas (mejor icing sugar)

– 160 g de queso crema no light (tipo Philadelphia)

– 1 TSP o cucharadita de extracto de vainilla

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  Preparamos un molde o un par de papeles de horno encerado sobre dos bandejas. Precalentar el horno a 170ºC con calor arriba y abajo. En un bol tamizar juntos la harina, las especias, el bicarbonato y la levadura, reservar. En otro bol a mano, con varillas eléctricas o en un robot de cocina tipo K.A. batir el aceite con el azúcar y la vainilla hasta que palidezca un poco el color. Verter el huevo y el puré de calabaza y mezclar hasta obtener una masa homogénea. Añadir la mezcla de ingredientes secos a velocidad baja solo hasta que se integre. Con la ayuda de dos cucharas soperas o una de helado verter masa sobre los papeles de horno en las bandejas formando círculos (de unos 5 cm de diámetro) y separando 2-3 cm entre ellos. Hornear a media altura de 10 a 13 minutos o hasta que al pinchar con un palito este salga limpio o se torne la superficie dorada. Sacar del horno y dejar enfriar por completo. Mientras se hornea aprovechar para hacer el frosting: en un bol de un robot de cocina batir la mantequilla con el azúcar con el accesorio pala hasta que quede una mezcla suave. Después añadir el queso crema ligeramente batido con la ayuda de un cucharón o cuchara de madera y la vainilla. Batir a velocidad alta por un minuto. Reservar en la nevera mientras se enfrían las galletas del whoopie.

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  Una vez frías las galletas rellenar con la crema y a disfrutar!!!!!!!!

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Con forma de galleta pero textura de bizcocho.

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Solo o acompañado de un gran vaso de leche, un café o un Chai tea latte, deliciosos.
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La jugosidad del bizcocho y la untuosidad de la crema lo hacen irresistible.

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Un postre muy cómodo de comer, a bocados, con las manos y sin ensuciar nada.

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El bocado no te dejará indiferente, es así de jugoso y tierno. No dejamos ni las migas.

  SI TENÉIS ALGUNA DUDA, SI OS HA GUSTADO LA RECETA, DADLE AL ME GUSTA, COMPARTID O DEJAD UN COMENTARIO. GRACIAS POR LEER MI BLOG Y HASTA LA PRÓXIMA ENTRADA. PATRI.



Marquesas

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  ¡¡¡¡Feliz Año Nuevo 2.017!!!! Espero que este año venga cargado de esperanza, optimismo, salud, trabajo, amor y que sea aún mejor que el 2.016 que dejamos atrás. Bueno pues aquí estamos en plenas fiestas navideñas. Espero que estéis disfrutando en familia, con vuestros seres queridos, amigos y de la mejor manera posible. Los que me seguís por las redes sociales sabéis que debido a un esguince en la muñeca no voy a poder amasar ni Panettone, ni Roscón de Reyes ni galletas decoradas este año. Y bien que me pesa, pero la verdad que no podía resistirme a hacer algo que mi Kitchen Aid pudiera hacer sola. Ella hace la mezcla y yo sólo coloco la masa en las cápsulas.

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  Las marquesas son un postre típico de Navidad, hecho con almendra molida. Son bizcochitos finos y esponjosos. Es un dulce hecho desde su origen a base de pasta de mazapán, almendra molida, azúcar, huevo y ralladura de limón. Fue creada por el confitero Hipólito Juanes De la Cruz en el año 1.924, y comercializado por su confitería en el municipio de Sonseca, en Toledo. La producción nacional de mazapán, de entre tres y cinco millones de kilos cada año, se concentra principalmente en Toledo, aunque también se fabrica en puntos de Alicante y Ciudad Real. Aunque su origen es incierto se le suele atribuir a los árabes.

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  Bueno, pues para despedir el año las he vuelto a hacer, a mi suegra le han gustado tanto que las he horneado ya tres veces. A mí me gusta más comerlas acompañadas de un buen chocolate a la taza, como el nuevo ValorCao de Chocolates Valor con sabor más intenso. La combinación de chocolate y almendra me encanta, para merendar son una auténtica delicia. Vamos con la receta, es una receta tan tradicional que la he encontrado en varios libros y webs prácticamente iguales. La única variación es montar el azúcar con los huevos a punto de cinta e incluso separar yemas de claras y montar estas a punto de nieve y las yemas con el azúcar a punto de cinta. Sinceramente las he hecho de tres formas diferentes y no he encontrado mucha variación en la textura. De hecho la primera vez que las hice sin batir en exceso los huevos también quedaron muy esponjosas. El azúcar que he utilizado es todo molido, para mí queda más fina la marquesa. Ingredientes a temperatura ambiente.

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Marquesas

INGREDIENTES (12 marquesas):

– 240 g de azúcar glas (separar en 2 mitades la cantidad 120+120 g)

– 250 g de almendra molida

– Ralladura de un limón

– 40 g de harina de todo uso

– 40 g de maicena

– 1 cucharadita o TSP de levadura química o polvo de hornear

– Una pizca de sal

– 4 huevos M

– Azúcar glas para espolvorear

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  Precalentar el horno a 180ºC y preparar unas cápsulas de papel preferiblemente cuadradas.  En un bol mediano mezclar juntos la almendra molida, la mitad del azúcar, la ralladura de limón, las harinas, el polvo de hornear y la sal. Reservar. En un bol grande con la ayuda de unas varillas manuales o eléctricas o robot de cocina, batir los huevos hasta que espumen. Añadir la otra mitad de azúcar glas y seguir batiendo hasta que crezcan un poco. Después añadir la mezcla de ingredientes secos que habíamos reservado. Integrar poco a poco, en 2 ó 3 tandas, con la ayuda de una espátula o batidor a velocidad lenta. Lo suficiente para integrar los ingredientes sin sobrebatir. La mezcla queda un poco espesa no os asustéis. Repartirla entre las cápsulas con la ayuda de una cuchara de helado o 2 cucharas soperas sin llegar al borde de las cápsulas. Hornear a media altura unos 15-20 minutos más o menos o hasta que al introducir un patio este salga limpio. He visto muchas recetas en las que indica unos 12 minutos pero en ese tiempo, de las 6 hornadas que he hecho ninguna estaba bien esponjosa en tan poco tiempo. La superficie se dorará ligeramente por los bordes.

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  Una vez fuera del horno espolvorear con un poco de azúcar glas hasta cubrir la superficie. Y a disfrutar de su sabor 100% navideño.

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  Aunque parecen magdalenas no los son por lo que no esperéis que le salga el típico copete, eso sí, en su interior encontraréis una delicia fina y esponjosa al paladar con ese sabor tan característico a almendra.

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Butterscotch Bundt Cake

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Con lo sencillo que es preparar esta receta me ha dado más de un quebradero de cabeza, hasta 3 he hecho, he tuneado tanto las recetas que he probado que esta combinación la he hecho propia. Como recordaréis por las RRSS mi muñeca sigue dándome la lata, así que últimamente hago bizcochos dejando que mi Kitchen Aid trabaje por mí aún cuando hayan algunos como este que se pueden hacer perfectamente a mano. Y también le estoy dando mucho uso a mi nuevo robot de cocina, la Monsieur Cuisine Plus, o lo que es lo mismo, la Thermomix de Lidl. Nunca he tenido una Thermomix así que no puedo comparar, pero sí deciros que una cuesta 1.100 euros y la otra sólo 266. Para mí ha sido un factor muy a tener en cuenta. Su funcionamiento y accesorios es tan parecido que se acoplan todas las recetas de un aparato a otro sin problemas. En casa mi pequeña Martina empieza a cogerle el gusto a los platos de cuchara así que ya hemos podido empezar a variar un poco nuestros menús. He hecho lentejas,  ternera guisada, costillas con patatas, pimientos rellenos de pescado y gambas, verduras y salmón al vapor y hasta un bizcocho de limón y semillas de amapola. Pica el chocolate en segundos y lo reduce a polvo así que estoy tan encantada que a lo mejor subo alguna receta con mi MC.

  Bueno, pues este Bundt Cake me ha encantado y lo he odiado a partes iguales. Es fácil que se pegue algún trozo por el uso de caramelo y a poco que lo horneéis de menos, queda incomestible su interior. Le he añadido más huevo, menos crema agria, más harina, lo he hecho con azúcar muy oscuro y con otro más claro, … Vamos que puedo decir que esta es una receta hecha a mi medida. La única precaución que tendréis que tener es no dejar trozos de caramelo o butterscotch en contacto con el molde porque al derretirse se queda un poco pegado al molde y al desmoldar puede haceros una mala pasada. Por eso es importante la recomendación que os he dado y además preparar bien vuestro molde con aceite desmoldante o mantequilla.

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  ¿Y qué es el butterscotch? Pues es un caramelo de azúcar moreno con mantequilla y es inglés. Son como los toffees, que cuando los masticas se quedan pegados a los dientes. Se pueden comer tal cual o hacer pudines, salsas, bizcochos, … En USA se ha hecho tan popular que lo comercializan en forma de gotas como los chips de chocolate y se lo ponen a cualquier cosa, hasta aromatizan cerveza o palomitas!!!!

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  Rebuscando en la despensa encontré un tarro con pequeños chips de butterscotch así que me decidí a utilizarlos en un bizcocho. Normalmente los encuentro en Taste of America de las marcas Nestle, Guittard o Hershey’s. Pues dicho esto vamos con este delicioso, húmedo y acaramelado bizcocho. Esta vez he utilizado el molde Aniversario de Nordic Ware. Podéis utilizar un molde un poco más pequeño de 9 cups en lugar de 12. Si no tenéis o no podéis conseguir estas gotas podéis poner en una picadora caramelos toffee o unos Werther’s Original. Yo también he utilizado unos que encontré en el supermercado inglés Iceland este verano, Cornish dairy fudge de la marca Waitrose. Después de picarlos enharinar un poco y menear para evitar que se adhieran unos trozos a otros. Para esta receta podéis utilizar azúcar moreno en diferentes formas de presentación, el típico español, los ingleses Dark brown o Light brown, moscovado, integral de caña, … Contra más oscuro y rico en matices sea más caramelizado y oscuro queda el resultado final. Si no encuentras nata o crema agria o ácida puedes hacerla casera, pincha aquí. El glaseado está espectacular de sabor, si lo quieres más espeso añade un poco más de azúcar glas. Recordad, ingredientes a temperatura ambiente. Como veis no he puesto el paso a paso pero es que es tremendamente sencillo.

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  Si quieres saber más sobre los moldes tipo Bundt de Nordic Ware clica aquí. Si quieres consejos para hornear el Bundt Cake perfecto clica aquí.

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Butterscotch Bundt Cake

INGREDIENTES (12 raciones):

Butterscotch Bundt Cake

– 4 huevos M

– 400 g de azúcar moreno

– 210 ml de aceite de oliva suave

– 1 cucharadita o TSP de extracto de vainilla (pincha aquí si quieres hacerlo casero)

– 300 g de harina

– 1/2 cucharadita o TSP de bicarbonato sódico

– 1/2 cucharadita o TSP de sal

– 200 g de nata agria

Glaseado

– 50 g de mantequilla

– 50 g de azúcar moreno

– 2 cucharadas de nata espesa

– 1 cucharadita o TSP de extracto de vainilla

– 100 g de azúcar glas

  Precalentar el horno a 165ºC con calor arriba y abajo. Preparar un molde tipo Bundt Cake con aceite desmoldante o mantequilla y espolvorear con un poco de harina. Tamizar la harina, la sal y el bicarbonato y reservar. En un bol grande batir juntos los huevos y el azúcar hasta que espumen y crezcan un poco. Sin dejar de batir, pero más despacio, añadir el aceite en hilo e integrar. Luego añadir el extracto de vainilla y mezclar. Añadir luego alternando la mezcla de harina y la crema agria empezando y acabando con la harina, sin sobrebatir, sólo hasta que quede una masa batida integrada. Verter un poco de la mezcla sobre el molde y añadir los chips o trocitos de caramelo enharinados evitando tocar las paredes del molde.

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  Vierte más masa, más chips y más masa para finalizar. Hornear a media altura, sobre rejilla durante una hora o hasta que al introducir un palito en el centro este salga limpio. Yo utilizo el termómetro de Bundts de Nordic Ware. Sacar del horno, dejar enfriar en el molde 10 minutos, sacudir un poco el molde para despegar de las paredes y dejar enfriar sobre una rejilla.

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  Mientras se hornea el Bundt preparar el glaseado: calentar la mantequilla en un cazo junto con el azúcar moreno sin dejar de remover. Cuando empiece a burbujear retirar de la fuente de calor y añadir la nata y el extracto de vainilla. Integrar bien y añadir el azúcar tamizado, remover hasta homogeneizar la mezcla.

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  Cuando esté aún tibio el Bundt Cake verter sobre él el glaseado. Adornar con unas chips de caramelo, trocitos de almendra, sésamo, …

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Húmedo y deliciosamente caramelizado.

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Al corte queda muy esponjoso.

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Con azúcar más claro queda menos intenso el color y el sabor.

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Delicioso …

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Lo mires por donde lo mires.

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Panna Cotta tradicional con coulis de frambuesa

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  Sí, ya sé que hace mucho tiempo que no me pasaba por aquí. Pero tengo excusa. No es que haya perdido el interés por hacer recetas dulces ni por compartirlas con vosotros. Los que me seguís por Instagram sabéis que estoy de obras en casa. Todo sea por mi cocina nueva. Menos la habitación de mi hija mayor, el resto de la casa la reformamos toda. Mi cocina va a ser el doble de grande, que aunque no lo creáis hago todas mis creaciones en una cocina muy pequeña. Una reforma integral pero sin los gemelos de los programas de Divinity que en 5 semanas te hacen la reforma jejeje. Como veis no estoy para hacer macarons ni pintar galletas, aunque me muero por volver a coger los pinceles !!!!!

  Esta receta la hice hace semanas pero no había tenido tiempo, ni ganas, sinceramente, de sentarme al ordenador. No me gustan las obras, ni a mí ni a nadie, supongo. Pero estoy deseando ver el resultado final. Así me consuelo entre el caos que va a reinar en mi casa durante unos meses. Si no me prodigo mucho por el blog ya sabéis el por qué.

  Bueno, pues a lo que vamos. La receta de hoy llevaba tiempo queriéndola hacer. He probado muchas Panna Cotta comerciales y “caseras” en restaurantes italianos pero la verdad que todas me sabían a poco, algo tipo flan gelatinoso pero insulso al paladar si no se le añade extras de caramelo, mermeladas, coulis o salsas de frutas, … Y yo había oído que era un postre italiano de lo más sabroso y delicioso. Así que me puse a investigar.

  Literalmente Panna Cotta significa “nata cocida”, en eso coinciden todas las recetas,  su ingrediente principal es la nata, un poco de azúcar, algún aroma tipo vainilla o cítricos y básicamente la mayoría de las recetas aportan consistencia cociendo la nata y añadiendo gelatina. Es un postre italiano de la región de Piamonte de origen incierto. Como en muchas regiones del mundo era una manera de aprovechar el excedente de nata. Se dice que se cuajaba con un poco de clara de huevo o cola de pescado (la primera gelatina conocida).

  Alessandro Molinari Pradelli, escritor y periodista especializado en cultura, enología y gastronomía, asegura en su obra “800 Ribete Tradicional” que los nativos de la región conocida como ‘El corazón verde de Italia’, es decir, Umbría, fueron los creadores de esta genuina receta en un recóndito lugar cercano a las orillas del lago Trasmino.

  Bueno, para el caso, yo he adaptado la receta de las hermanas Simili. Como dice El Comidista: Margherita y Valeria Simili, más conocidas como las hermanas Simili o sorelle Simili en italiano, son gemelas, panaderas y unas adorables ancianas que se han convertido en un verdadero fenómeno mediático en su país. Descendientes de una larga estirpe de panaderos y creadores de masas, su familia tenía una panadería y una tienda de pasta fresca. Dirigieron una de las escuelas de cocina más respetadas de Bolonia, y en los últimos años –gracias a esa mezcla de socarronería, coquetería y humor que caracteriza a las abuelas molonas– se han convertido en personajes mediáticos y muy queridos. Sus dos libros, editados en España por la editorial Libros con Miga con los títulos Pan y dulces italianos y Pasta fresca italiana. Ya sabéis, otro libro para mi colección.

  Es una receta perfecta para dejar preparada de un día para otro. Se pueden utilizar claras frescas o pasteurizadas. Azúcar avainillado o vaina de vainilla, yo esta vez quería un aroma sutil y que no se vieran las motas de vainilla. Pero eso según más os guste. Si queréis innovar podéis poner a enfriar volteando un poco los vasitos, le da un toque de originalidad. Yo como veis los he llenado bastante. Esta receta admite caramelo, mermeladas, purés de frutos rojos o coulis.

  Por cierto el blog ya ha tenido más de medio millón de visitas!!!!!! Yupiiiiiiiiiieeeeeee!!!!!! Gracias a todos los que lo hacéis posible. Un abrazo y un beso fuerte y a por la receta.

Pana Cotta tradicional con Coulis de frambuesa

INGREDIENTES (para 4 ó 5 raciones):

Panna Cotta

– 500 ml de nata para montar 35,1 % de materia grasa

– 80 g de azúcar

– 10 g de azúcar avainillado

– 1 pizca de sal

– 5 claras (frescas o pasteurizadas)

Coulis de frambuesas

– Pincha aquí para hacerlo casero.

– Frambuesas para adornar y unas hojas de menta o de fresas

     

  El procedimiento es muy sencillo, calentar la nata con el azúcar, la pizca de sal y el azúcar avainillado hasta que se disuelvan por completo. Retirar de la fuente de calor justo cuando comience a hervir y dejar enfriar. En un bol batir ligeramente las claras para quitarles tensión, no hace falta que espumen en verdad y previo paso por el colador mezclar ambas preparaciones y verter sobre moldes tipo flanera o ramequines, yo utilizo vasos bajos de helado.

     

  Calentar el horno a 130ºC y preparar una fuente con agua caliente para el baño María, que cubra 3/4 partes de los vasitos. Hornear durante 1 hora hasta que cuajen, el centro quizá quede un poco blandito o tembloroso como una cheesecake, no importa. Apagad el horno y dejar el horno entreabierto. Sacad la fuente con el baño y los vasitos y dejar que se enfríe por completo. Una vez fríos los vasitos refrigerar en nevera toda una noche. A la hora de servirla sacad un poquito antes de la nevera. Simplemente deliciosa y con muy pocos ingredientes.

Utilicé las hojitas de una fresa para adornar el conjunto.

Como colofón a una comida, o mejor aún, para una merienda deliciosa.

  En el próximo post os contaré mis aventuras por Londres, temblad Bakeries y Food Halls voy para allá. Hace 13 años que no he vuelto y ahora tengo un aliciente repostero añadido.

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Afternoon Tea en Londres

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  Hace un par de semanas estuvimos en Londres, en familia, niñas incluidas. Mi marido y yo habíamos estado hace más de diez años durante una semana recorriendo muchos de los típicos sitios de postal londinense, entrado a mil museos e ido a parques, mercadillos, … Así que esta vez, con las niñas, íbamos más relajados, sin agendas ni rutas, sobre la marcha, día a día, y a su ritmo. Pero una cosa que no quería dejar de hacer era la ceremonia del té de la tarde.

  El té es originario de China y se toma desde el año 2.737 a.C. y allí se convirtió en algo milenario y ceremonioso. El emperador Shen Nung estaba recolectando plantas y decidió descansar bajo un alto arbusto de té salvaje y hervir un poco de agua. Unas hojas de té cayeron en el agua caliente y el resultado fue una bebida refrescante a la que llamaron té. Se introdujo en Europa de la mano de comerciantes portugueses y alemanes aunque por circunstancias siempre se asocia a los ingleses porque lo toman con más asiduidad. En 1.658 en la corte inglesa, en la boda de Carlos II y Catalina de Braganza (portuguesa), se sirvió té y ahí comenzó todo. Barcos cargados de té desde la Compañía Británica de las Indias Orientales facilitaron que la corte pudiera tomar el té y que años después llegara a las clases menos pudientes.

  Para los británicos la pausa del té en el medio de la tarde (entre la comida y la cena) es la hora de parar y tomarse un respiro. Es una excusa para poner la tetera al fuego (“put the kettle on“) y hacer una taza de té. Lo que nosotros hacemos tomando un café o los suecos en su fina o pausa para el café. Y si lo acompañamos de un sandwich y algo dulce pues ya tenemos el tan inglés Afternoon Tea. Fue la Duquesa de Bedford la que en el siglo XVIII creó el ritual del afternoon tea. Era una de las damas de honor de la Reina Victoria. Un buen desayuno, una comida ligera y una gran cena hicieron la necesidad de cubrir el hueco y el desmayo que sentía la Duquesa a media tarde, así que pedía que le llevaran un té unos pasteles a su cámara. Tantas veces la pidió que esta costumbre se propagó rápidamente a través de la Corte y alrededor del Palacio de St. James’s y por supuesto la tienda en Piccadilly de Fortnum & Mason’s. En 1707, el propietario de caballerizas Hugh Mason y el lacayo real William Fortnum establecieron un negocio juntos como tienda de comestibles y comerciante de té. Y por supuesto comenzaron a servir el famoso Afternoon Tea.

  Hasta hace un tiempo yo pensé que consistía en tomar una taza de té y unas pastas. Pero al parecer los británicos tienen su protocolo y últimamente se ha vuelto a poner de moda. Para todo hay modas y parece que  el té y toda su ceremonia vuelve a ser actual y no un ritual del pasado.

  Hay diferentes variantes:

  • Cream Tea que incluye un té y unos scones con clotted cream y mermeladas. Digamos que sería el más sencillo.
  •   Y el Afternoon Tea que sería una pequeña merienda salada y dulce que además del té consta de tres platos que suelen incluir finger sandwiches, scones con clotted cream y mermeladas y un surtido de dulces (bundts, Victoria Sponge Cake, cupcakes, …). Los sandwiches se cortan en tiras (de un dedo, de ahí lo de finger) o en triángulos. Los scones son unos dulces originales del siglo XV de Escocia pero se hicieron populares por todo el país, están los clásicos, con pasas, … , servidos con una especie de nata-mantequilla llamada Clotted Cream y con mermeladas. Pueden parecer secos o amorfos pero están riquísimos, me sorprendieron mucho.

  Me hacía mucha ilusión ir a Londres e invitar a mi familia a tomar un auténtico Afternoon Tea. Mirando por diferentes webs oficiales y blogs la verdad es que pensé que iba a ser un todo un lujo que se salía de mi presupuesto. Por supuesto las recomendaciones van desde tomarlo en el Ritz, en Harrods, en Fortnum & Mason en el elegante Diamond Jubilee Tea Salon, entre música de piano, una cuidada selección de sandwiches y scones y con nada más y nada menos que 82 variedades diferentes de té donde elegir, en el hotel One Aldwych de Londres ambientado en el cuento Charlie y la fábrica de chocolate, en el Oxo Tower Restaurant and Brasserie ambientado en la hora del té de Alicia en el país de las maravillas, el del hotel Claridge’s sin duda el favorito de los londinenses, el Orangery de Kensington Palace donde tenemos la opción de tomar el té en un auténtico palacio real o en The Cellarium, el espacio gastronómico de la Abadía de Westminster, bajo sus techos abovedados del siglo XIV. Hasta se puede tomar té en el autobús turístico de dos pisos!!!!

  Como veis las combinaciones son infinitas y el precio desde £20 a unas £100 libras por cabeza. Sí habéis leído bien. Y en alguno de ellos es imprescindible ir de etiqueta. Pues bien, una cosa es una cena pero para una merienda gastarse para cuatro personas entre £80 y £400  no entraba en mis planes. Mi primera opción fue Muriel’s Kitchen un sitio del Soho donde comimos que nos encantó tanto por el sitio, la decoración y la comida. Pero buscando, investigando e indagando me ceñí a una recomendación: en los museos de Londres (la mayoría gratuitos) sirven un Afternoon Tea excelente y económico.

  Pues bien, además me enteré que existe la versión inglesa de Groupon y que podía conseguir una merienda estupenda para 4 personas por £21 en Wellcome Collection, un Museo que tiene restaurante y cafetería y que ofrece un Afternoon Tea muy completo y delicioso. La diferencia es abismal con otros sitios. No, no es una abadía, un palacio ni un salón centenario pero está más que bien. Sin descuento el precio es de £11.50 por persona que tampoco está mal. Al museo no entramos, pero la merienda la disfruté muchísimo. Pude comprar el cupón y hacer la reserva online a continuación desde casa antes de viajar a Londres. Se sirve todos los días de 15 a 17:30h excepto los lunes que la galería permanece cerrada. Nosotros teníamos reserva a las 17h el domingo 19 de marzo para celebrar el Santo de mi marido y el Día del Padre.

  La Wellcome Collection combina tres galerías: ‘Medicine Man’, ‘Medicine Now’ y ‘exposiciones especiales’. Trata temas de la ciencia, la salud y la identidad humana. Los 1.300 objetos expuestos muestran la gran variedad que estos temas incluyen. Las obras de Leonardo da Vinci, Andy Warhol y Martin Parr se asientan junto a artefactos como la navaja de Nelson, el cepillo de dientes de Napoleón, las hojas de Guillotina usadas, un robot de secuenciación de ADN, … Charles Darwin también está representado aquí – por su bastón de ballena, completo con el detalle del cráneo. Hay exposiciones únicas, comenzando con “el corazón”, con imágenes fascinantes de la cirugía de corazón vivo; Un video-link permite al público hacer las preguntas del equipo quirúrgico mientras llevan a cabo la compleja reconstrucción de una válvula cardíaca.

  Nosotros fuimos directos a la cafetería y tomamos una selección de mini sándwiches, scones recién hechos con clotted cream de Cornualles y mermelada de fresa Tiptree, una selección de pasteles y varios tés disponibles de hojas sueltas.

4 tés en teteras individuales, 4 servicios de té, 4 scones, 2 stands de 2 pisos. Merienda-cena

Sandwiches:

4 x salmón, crema fraîche y cebolleta
4 x pepino, queso suave y eneldo
4 x jamón y queso
4 x mayonesa de huevo y berros con mostaza

Mini cakes:

4 x mini cakes de limón y arándanos
4 x mini tartaletas de chocolate y caramelo
4 x macarons de frambuesa
2 x brownie con nueces
2 x St. Clements
4 x scones caseros con clotted cream y mermelada de fresa

Selección de té de hojas sueltas:

English breakfast
Earl Grey
Escaramujo e hibisco
Jengibre y limón
Manzanilla
Oriental Sencha
Poleo menta
Elderflower y limón

A mis niñas les encantó el té de jengibre y limón.

    Había tanta comida para una merienda

que pedimos que nos pusieron las sobras para llevar, en una cajita de cartón.

Me he traído unas cuantas cositas de souvenirs para preparar un Afternoon Tea en casa.

  Si quieres tomar el clásico Afternoon Tea sin morir en el intento puede que este post te sea útil. Es una manera de sentirse inglés por un día, tomar el té de las cinco sin arruinarse, sin pomposidad pero igualmente clásico y delicioso. Por cierto me encantó la vajilla!!!!

  El día que volvimos a Valencia fue el día del atentado en Westminster, una zona que obviamente como turistas transitamos varias veces. Cada uno tiene su destino, el nuestro era volver a casa sanos y salvos y eso que perdimos el avión de vuelta. Salíamos el martes, en teoría, pero llegamos y las puertas de embarque estaban cerradas así que por primera vez perdí un avión. Después del sofoco y lo del atentado se quedó en una mera anécdota la verdad.

  Mi viaje por Londres da para otro post: ruta repostera por Londres. Próximamente en el blog. Recordad que estoy de obras en casa y me prodigo últimamente poco por el blog. Prometo post para junio presentando mi nueva cocina!!!!

  SI TENÉIS ALGUNA DUDA, SI OS HA GUSTADO LA RECETA, DADLE AL ME GUSTA, COMPARTID O DEJAD UN COMENTARIO. GRACIAS POR LEER MI BLOG Y HASTA LA PRÓXIMA ENTRADA. PATRI.


Guía dulce de Londres

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Parlamento y Big Ben desde la London Eye

  Decir que me gusta Londres se queda corto. Es una de las ciudades más cosmopolitas que he visto en Europa. Es enorme, viva, llena de tradiciones que conviven con aires nuevos. Lo que llega a Londres, diez años después llega a España. Tiene montones de restaurantes, cafeterías y tiendas donde me quedaría literalmente a vivir. Hace 12 años estuvimos por primera vez mi marido y yo. Me encantó y pensé que volvería de nuevo a pasear por sus calles, su puentes, sus museos, … Es una de esas ciudades que no te las acabas, estuvimos una semana y me supo a poco. Esta vez la he notado diferente, como con aires nuevos. Deseosa de pasearla y de hacer compras!!!!!

Puente de la Torre (Tower Bridge)

  Esta vez hemos ido con las niñas y han venido encantadas. Íbamos más tranquilos, sin prisas, a su ritmo, con ganas de enseñarles sitios bonitos, de descubrir alguno nuevo, de pasear y correr por sus grandes parques y jardines. Haceros una guía completa me llevaría mucho tiempo del cual no dispongo. Quizá este sea el último post en un par de meses, la semana que viene mi casa estará patas a arriba, todo sea por mi nueva cocina. Hemos reestructurado la casa. Menos una habitación reformamos casi todo asía que volveré con aires nuevos deseas de mostraros mi NUEVA COCINA !!!!!

London Eye

  Enumerar cuál guía de viajes todos los rincones a visitar me sería imposible. Mejor me centraré en los lugares que me han encantado a nivel culinario, sobre todo dulces rincones. Tomar un Afternoon Tea, recorrer alguna de las mejores pastelerías de Londres, perderse por alguno de sus mercadillos y hacer algunas compras, visitar los mejores Food Hall de la ciudad. La verdad que ha sido increíble. Y eso que por primera vez perdimos un vuelo (el de vuelta). Pero después de llegar a Valencia y ver el inefable atentado acometido en Westminster lo del vuelo quedó en una mera anécdota.

Puente de Westminster

  Fueron cinco días que exprimimos al máximo. Espero que os guste. Si tenéis alguna duda no dudéis en preguntarme a través de este post.

Big Ben

  Supongo que la primavera es una buena época para visitar la ciudad, no hace mucho frío, y las flores llenan todos los rincones. Quizá no es tan gris como la pintan, quizá no llueve tanto como parece así que como veis vengo encantada de la vida. Se quedaron pendientes algunas tiendas y pastelerías en el tintero (sobre todo de las afueras) pero eso lo dejaremos para otra ocasión. Siempre hay que dejarse algo pendiente, como excusa para volver al destino. Y volveré.

Torre blanca de la Torre de Londres

  Lo primero de todo es que acertamos con el hotel, The Gainsborough, un 4 estrellas en la zona de South Kensington. La decoración es de lo más británica, pero es limpio, cómodo, parte de la recepción son españoles, muy amables y con atención 24h, incluye desayuno continental y guarda maletas.

Desayunos en el Hotel The Gainsborough

  Está a la vuelta de la esquina del National History Museum, visita obligada con niñ@s. El favorito de mis hijas con diferencia, porque el British Museum una vez pasas la zona de las momias pierde todo interés para ellas.

Aunque para mí, parte asiria del British es impresionante.

    Y la egipcia, la griega, con la práctica totalidad del Parthenon, … , en general más que exploradores yo llamaría a los ingleses expoliadores, hasta un momia de la Isla de Pascua que se trajeron. Pero ya sabéis, su excusa es que si no estuviera en un Museo no estaría ya en este mundo. Bueno, yo me hubiera perdido horas por el Museo, menos mal que hace muchos años lo vimos con detenimiento.

     

  Volviendo al hotel, la habitación era realmente cuádruple, es decir, cuando reservas una habitación de hotel para 4 personas eso quiere decir que te ofrecen una doble con cama supletoria. Esta vez no fue así: habitación con cama de matrimonio y otra habitación doble con 2 camas, ambas con TV, servicio de té, un mini frigorífico, escritorio, cómoda, armario, además de baño completo con bañera de hidromasaje!!!!!! Mami, tiene jacuzzi!!!!! Mis hijas flipaban jeje. Así que después de un duro día de patear la ciudad teníamos recompensa.

Sala de desayunos del hotel.

  La situación del hotel ideal, junto a Hyde Park y con la estación de South Kensington a 5 minutos andando. Si las ventanas no vibraran con el viento ya hubiera sido perfecto. Pero la verdad quitando eso estuvimos la mar de a gusto.

  A pesar de estar cerca de algunos sitios de interés turístico queda alejado de otros, como es natural así que os recomiendo que si estáis más de 3 días en Londres os saquéis la Travelcardallí las distancias son muy grandes. El transporte público es puntual, tiene mucha frecuencia de paso, es cómodo y fácil de entender las direcciones de los metros.

  Os hará falta una foto (para la Photocard que acompaña a la Travelcard). Si además la compráis en una estación de tren en lugar de las habituales de metro podréis obtener un práctico 2 por 1 en algunas de las atracciones turísticas de visita obligada en las que sí se paga entrada, por ejemplo, la London Eye, la abadía de Westminster o la Torre de Londres, entre muchos otros sitios que ofrecen descuentos. Partimos de la base que todos los Museos en Londres son gratuitos menos el de cera, Madame Tussaud’s. Por eso no os recomiendo la London Pass. Con la Travelcard tendréis incluidos viajes de metro y bus ilimitados durante una semana.

Mapa del metro de Londres hecho con piezas de Lego

  En nuestro caso las niñas de 8 y 10 años no pagaban transporte y para facilitar la entrada y salida de las estaciones lo hacíamos por las puertas más anchas (las de carritos y maletas). Nosotros compramos las nuestras en Victoria Station pero si vais del aeropuerto a Londres en tren podéis hacerlo allí también. Es importante hacerlo en una estación de tren y no de metro porque si no tiene el logo  de la National Rail no obtendréis los descuentos 2 por 1. Y las de máquinas expendedoras automáticas tampoco valen. También podéis imprimir los descuentos aquí. No olvidéis coger los típicos autobuses de dos pisos. Nosotros utilizamos el metro para trayectos más largos y el bus para algunos cortos, a las peques les encantaba subir al segundo piso.

  Cuando mi marido y yo viajamos solos solemos movernos en transporte público y los traslados aeropuerto-hotel-aeropuerto hacerlos por nuestra cuenta pero cuando vamos con las niñas optamos por contratar traslado privado. Yendo 3 ó 4 personas sale económicamente mejor, y más cómodo claro. Esta vez contratamos los traslados a través de esta página. Y quedamos muy contentos.

 ¿Por dónde empezar? En fin hicimos más de 1000 fotos así que esta es sólo una muestra, tranquilos he hecho unos collages para que sea más ameno pero no os perdáis detalle. Bueno, empecemos por los Food Hall, paraísos de todo gourmet que se precie. Y de eso los ingleses saben mucho. Distinción, clasicismo, y depende del sitio exceso y lujo por doquier. Un paraíso para sibaritas. Algunos grandes almacenes son tan a lo bestia que luego al volver a nuestro Corte Inglés me parece que se queda en nada. Encontré mucha información sobre los Food Hall el blog Un blog y un paraguas en Londres de una ilustradora española que vive a caballo entre Londres y Madrid, que os recomiendo como guía de la ciudad.

  Durante muchos años Harrods fue propiedad del magnate egipcio Mohamed Al Fayed (futuro suegro de Lady Di si la pareja no hubiera fallecido trágicamente). El edificio es todo lujo y excesos. Desde las firmas de moda, cosméticos, perfumes, … Hasta las escaleras y los ascensores son increíblemente lujosos, no perderos el egipcio. Mis hijas no querían salir de la planta de juguetes. Hasta hay una boutique de Disney que mis hijas miraban alucinadas. Porque no sólo de bolsas de souvenirs viven estos almacenes.

Stand de Kitchen Aid de Harrods, para quedarse a vivir oiga, un auténtico paraíso.

  Pero para mí, lo mejor, su Food Hall: quesos, ahumados, ostras, caviar, pescado, marisco, el típico Fish and chips (pescado rebozado con patatas fritas), para tomar, para llevar, … El surtido de comida preparada es increíble: Scottish eggs (huevos rebozados), sauzales rolls (salchicha envuelta en hojaldre), pies salados (empanadas de carne, pescado, queso, …), ahumados, sandwiches, ensaladas, smoothies, fruta fresca, todo lo que puedas desear para preparar un picnic en Hyde Park de lujo. Y no sólo típicas preparaciones inglesas sino de cualquier tipo de comida: sushi, indi, … También hay una sección de productos frescos: fruta, verdura, carne, pescadería, … Los dependientes llevan delantal y unos sombreros de paja muy característicos. Fijaros en los techos, son muy bonitos. No sabréis donde mirar así que mejor ir un par de veces para no dejarse nada. Nosotros lo teníamos muy cerca del hotel así que era muy socorrido.

 

  Nosotros no pudimos resistirnos a hacer un picnic aunque no fuera un tiempo muy idóneo, fresquito hacía, pero al menos no nos llovió.  Baguette de aguacate y pollo ahumado, Panzarotti de jamón y queso (es como una empanadilla), Pie de queso Stilton y cerdo, Scottish egg (huevo rebozado), brioche con rodajas de pato ahumado y para beber limonada. Como veis comimos muy bien.

  Y qué decir de los dulces OMG, croissants, donuts, pasteles, èclairs, macarons, tartas clásicas como los típicos pies de frutos rojos, de mil frutas, arco iris, Drip Cakes, tartas de fondant, glaseadas, con mazapán, … cupcakes, algunos especiales por ser St. Patrick’s, … Imposible decidirse. Y en la sección de menaje para llevarse media planta, me conformé con un sujeta-tostadas muy mono. Eso sí, como lo mío es amor a primera vista, me enamoré de un juego de té para niñ@s con las ilustraciones de John Tenniel, el ilustrador de Alicia en el País de las Maravillas de la planta de juguetes. Por el módico precio de 100 libras!!!! Eso sí en una pequeña cesta de picnic la mar de bonita.

  La planta de juguetes les encantó a mis hijas. Harrods en piezas de Lego.

  Y si esto os parece poco pasaros por la sección de tés, cafés, pastas, bombones, chocolates, cookies, todo ello en bonitas latas, tarros, cajas, de lo más bonitas. Y si además unimos a que la Pascua estaba a la vuelta de la esquina imaginaos el despliegue de huevos de chocolate por doquier. Como veis no tiene desperdicio, para mí de lo mejor de Londres gastronómicamente hablando. Un placer para los sentidos. Aunque no compréis mucho vale la pena verlo.

  Otro sí o sí de los gourmets, la tienda en Piccadilly de Fortnum & Mason’s (F&M). En 1.707, el propietario de caballerizas Hugh Mason y el lacayo real William Fortnum establecieron un negocio juntos como tienda de comestibles y comerciantes de té. Y por supuesto comenzaron a servir el famoso Afternoon Tea, el té de las 5, en sus lujosos salones. Dos plantas de Delicatessen (sótano y planta baja) y una de menaje (primera planta) que no te puedes perder. Yo es que las plantas de moda y ropa no las transito demasiado. Son famosísimas sus cestas de picnic, desde 60 a 600 libras!!!!! Listas para hacer uno de esos picnics que tanto les gusta a los ingleses, y a mí. Tés, cafés, mermeladas, cookies, chocolates, … , todo ello envuelto con primor. Eso sí, a veces rozando lo cursi, algunos tarros de quesos o mermeladas son de lo más kitch!!! No sabría por donde empezar a elegir por la cantidad de alimentos que venden a cual más exquisito, lo vulgar no tiene cabida aquí. Yo desde luego me quedo, sin duda, con sus cestas de picnic y su latas de tés. Me compré una lata de galletas con ese color verde suyo tan característico y una bolsa de rafia para mi bici.

  En su fachada hay un ostentoso reloj que cada hora que marca activa un mecanismo de autómatas y el Sr. Fortnum y el Sr. Mason salen a saludarse. A mis hijas les hizo mucha gracia. Ahí estábamos los cuatro en el semáforo esperando que salieran a saludar.

¿Qué os parece?

  Justo al lado hay una tienda muy bonita Cath Kidston, todo un clásico británico desde 1.993. No os la perdáis, me la recomendó Bea Roque. Yo me he traído uno de sus libros de cocina. Cath Kidston comenzó vendiendo telas vintage, empapelados y muebles reciclados pintados con colores intensos, lo que hoy son un clásico en sus locales. Son conocidos sus diseños estampados, con flores, lunares, en colores pastel, desde telas a menaje, bolsos, ropa de cama, … , todo un universo.

  Otro clásico de los grandes almacenes de Londres, Selfridges, y por supuesto visita obligada a su Food Hall. No es tan ostentoso ni lujoso como los anteriores pero tiene una cantidad increíble de productos británicos. Lo podéis encontrar en su planta baja. Yo compré unos tarros de mermelada, lemon curd y un bote de mostaza en polvo.

Los mejores productos ingleses los encontrarás aquí.

  Y por último el Food Market de Harvey Nichols, otro de los grandes almacenes londinenses. Más sobrio, del estilo del anterior, con una gran variedad de productos ingleses. En este caso está en la quinta planta. Además también puedes encontrar un bote de cacao en polvo de Valhorna o de Chai Tea Latte instantáneo.  Algún souvenir tenía que llevarme ¿no?

  Y después de tanto lujo y precios un poco desorbitados os recomiendo que no os perdáis los Simply Food de Marks & Spencer. Hace años habían tiendas de ropa de M&S en Valencia pero finalmente se retiraron del mercado español. Pues en Londres los hay por todas partes, y no sólo de ropa sino también en supermercados. Aunque ya os aviso que los del centro tienen más comida preparada para llevar que fresca. Los precios están muy bien y además a partir de las 20h podéis encontrar muchas ofertas al 50%. Nos hicieron el apaño para las cenas. Llegábamos cansados al hotel después de batallar todo el día de aquí para allá así que hacíamos cenas ya preparadas en el hotel, las niñas querían su jacuzzi y cena rápida. Ensaladas, sandwiches, fruta fresca, un smoothie y a dormir.

Sección especial Pascua de M&S.

  Como dice Bea Roque, el paraíso de los lácteos. Tantas variedades diferentes ¡qué envidia! Si hay algo que me encantó de visitar los supermarkets de Londres es ver la variedad de productos lácteos frescos. A partir de la leche hacen más cantidad de derivados: soured cream, clotted cream, double cream, extra thick double cream, single cream, extra thick single cream, crème fraîche, … Y eso que este es un Simply food Mark & Spencer para salir del paso. No me quiero imaginar la cantidad de derivados lácteos que habrán en otros supermarkets más grandes!!!!!

  Por cierto nos contaba uno de los chóferes en el traslado que siguen llevando leche fresca en lecheras desde las granjas de las afueras a la gran ciudad, en lecheras o botellas, como antaño. Ahora está de moda, ya sabéis, rollo vintage. Lo viejuno, tradicional y natural afortunadamente, vuelve a estar de moda.

  No me pude resistir a probar los Hot Cross Buns tan típicos de Pascua, qué delicia, ya estoy tardando en hacerlos!!! Estos son de Waitrose y estaban deliciosos. Ay lo que me gusta a mí un bollo!!!! Para cuando acabe las obras en casa ya tengo muchas recetas pendientes de hacer y esta es una de ellas.

  Si quieres hacer un picnic rápido y económico te lo recomiendo. Los supermercados que encontramos por Londres eran todos de paso, quiero decir, en Valencia o en España la mayoría venden gran variedad de productos frescos. Aquí son los menos. Del estilo son Tesco, Sainsbury’s, y Little Waitrose. Para encontrar grandes supermercados hay que salir del centro.

  Como veis también se puede comer y salir del paso a precios más económicos. Hasta encontré boquerones en vinagre!!! Mi hija pequeña me hacía la ola jeje. Todo listo para hacer un picnic.

  Si queréis comer bien, productos preparados, de calidad, y algunos de producción propia y casera no podéis iros sin visitar Borough Market. Me encantó!!! Eso sí, el sábado estaba hasta la bandera!!!! Mi marido dice que la hamburguesa que nos comimos allí es la que mejor que ha probado en su vida. Hay un bar que pone un puesto en la puerta y las vende como si no hubiera mañana. Se llama Whiskey Ginger-Borough, vale la pena hacer la cola. Una hamburguesa y una pinta ¡qué felicidad! Y eso que no me gusta mucho la cerveza pero yo es que en el extranjero me mimetizo. Donde fueres haz lo que vieres. Aviso 1 pint es casi 1/2 l de cerveza!!!! Así que si no queréis tanta pedid half pint. La comida de estos puestos me pareció de lo más auténtica y había para todos los gustos. Y como colofón pedimos una Carrot Cake. Veréis luego que me recorrí varias pastelerías, pues este trozo de tarta le daba mil patadas a todas. Parecía sacada de un horno casero. El puesto es Ion Patisserie, de veras, la mejor que he probado en mi vida. Y si me conocéis un poco sabéis que por un trozo MA-TO. Jugosa, húmeda, espaciada, sabrosa, OMG tengo que volver a hacerla de nuevo. No os perdáis este mercado, es un verdadero placer. Las hamburguesas, empanadas inglesas, quesos, mermeladas caseras, y los dulces!!!! Tartas caseras, cookies, funges, cupcakes, chocolates, … Y los panes de mil formas, semillas harinas, Sordough, … Además de los puestos “callejeros” tienen fijos tipo Mercado Central con productos frescos. Indispensable.

  Y si hablamos de mercados otro sí o sí para mí es Portobello Market. A este hay que ir los domingos y pronto.

  Me encanta por su bullicio, sus antigüedades, su menaje para el té, sus cámaras de fotos antiguas, ilustraciones, … Pero además tienen puestos de fruta y verdura fresca. Como el ruibarbo, tan difícil de encontrar aquí y tan a mano allí en Londres. Para preparar mermeladas, compotas, tartas, … También podéis encontrar quesos, pan, flores, … , y muuuuuchos dulces. La gastronomía inglesa no será la mejor del mundo (ahora que no me oyen Gordon Ramsay ni Jamie Oliver) pero ay la repostería!!!! Muero de amor. Ahí son los reyes. De hecho en Londres se consume más comida de origen hindú que propiamente británica. Gastronómicamente la hambruna tras la Segunda Guerra Mundial hizo mella y ahora parece que quieren resarcirse alabando las maravillas de sus guisos (?).

  Hay una tienda tan famosa como la tetera roja de Portobello Road y esa es Alice’s Antiques, tienen cosas alucinantes y muy vintage. Me la hubiera llevado puesta oiga pero no, no me cabía tanto en la maleta. Con eso de que se lleva lo vintage puedes comprar hasta orinales jeje. También podéis encontrar una tienda que explota muy bien las obras de Banksy, el grafito de moda. Pero no os quedéis sólo en esa zona. Notting Hill tiene mucho más que la tienda que hiciera famosa la película homónima de Julia  Roberts y Hugh Grant. Que por cierto, The Travel Book Shop se ha convertido en una tienda de souvenirs para aprovechar el tirón. No, perderos por sus calles de casas blancas y color pastel. Observar los cerezos en flor, ¿hay algo más bonito en primavera?

Sus icónicos edificios blancos y color pastel.

Sus árboles en flor.

  Cuidando hasta el último detalle. Y no penséis que lo de las casitas es una mera anécdota en Londres. Claro que hay edificios de viviendas pero son los menos.

  La mayoría vive en unifamiliares, eso sí, sin garaje, aprovechan los sótanos como vivienda y los coches (y los cochazos) duermen en la calle. A pesar de ser una ciudad con casi 9 millones de habitantes la gran mayoría vive en casas. ¡Qué envidia!

¿No son preciosos?

  Y si os gusta cocinar no podréis evitar entrar en Books for Cook, una librería cuya máxima es que cocinemos. Yo no pude evitar entrar y llevarme de souvenir 4 libros!!!!! Además de empezar a vender libros de cocina en una época, los ’90, en la que hablar de cocina inglesa era casi como una broma, tiene un restaurante muy pequeño en el que testan recetas de los libros que venden. Le llaman Test Kitchen. Hay un precioso mural pintado allí que me encantó. Y puedes quedarte a comer en su pequeña cocina-restaurante. Ademas las empleadas son muy amables.

  Otra excusa para ir a Notting Hill es visitar una de las franquicias de The Hummingbird Bakery. Hay una en la misma Portobello Road. Pero nosotros fuimos a otra que teníamos cerca del hotel.

Me encanta la decoración del escaparate y de la puerta.

  Y mi gran sorpresa fue encontrar allí Whittard, una tienda de tés que tiene varias sucursales por la ciudad. Enamorada de su escaparate me quedé.

  Si le añades la nueva colección que tienen de Alice in Wonderland de Lewis Carroll con las ilustraciones originales de John Tenniel ya me matan. Claro, otro souvenir que me llevé (una taza y unas latas de té). Y no me traje más porque estoy de reformas sino … Pero me he enterado de que hacen envíos a España!!!! Menaje para el té, latas de galletas, mermeladas, tés, … Todo para preparar una fiesta de No Cumpleaños fantástica.

  Otro mercadillo al que fuimos fue Camden Market. Es un buen sitio para comprar ropa, si te gusta el estilo de estas tiendas de ropa pero claro, también venden comida. Otra ruta gastronómica, lástima que las niñas estuvieran cansadas y no pudiéramos prodigarnos mucho. Dimos una vuelta par que vieran la cantidad de tiendas con fachadas a cual más original.

Mis hijas miraban alucinadas

las fachadas. A cuál más espectacular. Es algo diferente.

  ¿Sabíais que en Londres hay canales transitables? Pues sí, se puede coger un barquito en la ciudad, no sólo en el Támesis.

Hasta un mero café-zumería estaba de lo más ornamentado.

Para perderse, literalmente, porque los domingos está hasta la bandera.

Había tanta gente que aquí ya nos dimos la vuelta.

¡Éso sí, nos dio tiempo para tomar el té con el sombrerero loco!

  Y tomar uno de los mejores Fish and Chips de la ciudad en Poppins. Y no olvidéis bajar a los aseos, es muy chula la decoración.

  Como veis nos dio para ver y visitar muchos sitios. Siempre dejando tiempos de juego y paseos por los muchos parques de Londres. De Hyde Park a Kensington Gardens, Regent’s Park, Green Park y St. James’s. Recordad que íbamos con las niñas y no perdonan un parque y un rato de juego.

Corriendo entre los cerezos

y bulbos en flor.

Dando de comer a las ardillas.

Buscando a Peter Pan en Hyde Park, los niños perdidos

y a las hadas.

Bordeando The Serpentine, el lago entre Hyde Park y Kensington Gardens.

Una ciudad para perderse por sus parques y jardines.

Y disfrutar de los magnolios en flor.

  Otro sitio donde perderse pero a comer, a tomar un brunch, un buen desayuno inglés o un afternoon tea es Muriel’s Kitchen, en este caso en el SoHo londinense. 

Una de sus mesas tiene sillas-columpio muy originales.

Es realmente bonito y acogedor, como una antigua cocina.

  Fuimos a comer y tomamos Scottish egg, lasaña, noodles y sopa de la casa que aunque estaba buena no era sopa sino una crema de verduras. Pero después de tanto sandwich frío me apetecía algo caliente. Por cierto, puedes pedir agua embotellada o agua del grifo. Un a la pagas, la otra no.

Si queréis auténtica comida inglesa lo mejor es ir a un típico Pub.

  Los hay a montones, os recomiendo ir un domingo, hacen un plato especial el Sunday Roast. Consiste en un asado de carne, normalmente vacuno, porcino, cordero, pollo o pavo, que se sirve con patatas asadas o mashed potato (especie de puré de patatas) y gran variedad de verduras cocidas o asadas. Las verduras pueden variar, ya que tradicionalmente se servían las verduras dependiendo de la región y la temporada, pero normalmente podemos encontrar brócoli, coliflor, judías, zanahoria, guisantes… y además se acompaña con gravy, una salsa especial de carne, que pueden servirlo en una jarrita o ya en el plato, y un Yorkshire Pudding, una especie de pan esponjoso.

 

Otra zona que les encantó a las niñas fue Chinatown, justo al lado de Picadillo Circus (que por cierto tenía sus típicas pantallas de obras hasta verano). Es muy diferente a lo que ellas hayan visto hasta ahora.

Ver patos laqueados en los escaparates.

     

  O ver cómo en Chinatown Bakery hacen una masa esponjosa en unos moldes muy graciosos con formas de pez. Son los Tay Yaki y van rellenos de crema. También había pasteles, tartas, bollería y Cheesecake japonés.

  Como veis combinamos visitas culturales, ocio, parques y gastronomía, sobre todo dulce. Lola’s cupcakes es una franquicia que como su nombre indica ofrece estupendos cupcakes y que podréis encontrar en muchos sitios de la ciudad, hasta en el metro, com este puesto con su estética retro de carritos.

  Si lo que quieres es degustar un auténtico Afternoon Tea y sin arruinarte, te recomiendo este en Welcome Kitchen, no te pierdas el post que le dediqué al famoso té de las 5h. Todo un lujo para los sentidos.

  Una tienda que me gustó mucho fue Anthropologie, está muy cerca de la juguetería más famosa de Londres, Hamley’s, así mis niñas se quedaban con su padre en la sección de Sylvanian Families y yo hacía algunas compras.

  Además de vender ropa, en el sótano tienen menaje y accesorios para la casa, es diferente, no son los típicos platos que encuentras en cualquier sitio. Compré una huevera de loza y unas tazas medidoras de cobre muy bonitas.

  Por dos veces fuimos a esta juguetería, Hamley’s, que es el sueño de cualquier niño (siete plantas de juguetes). Desde casitas de muñecas, peluches, Lego, Star Wars, … , no sabían por donde empezar. Ellas también se llevaron souvenirs pero en forma de muñequitos de Sylvanian.

  Si viajáis con niños os recomiendo también la tienda de Lego.  Mapa de Londres hecho con piezas de Lego.

 Carroza de Cenicienta en la Disney Store

Tienda de M&M’s  en Leicester Square. Es gigante!!!!!!

  Y después de una buena sesión de tiendas toca una recompensa. Si te cansas de la repostería inglesa y quieres probar la escandinava no lo dudes, no hace falta salir de Londres, Nordic Bakery es tu sitio. Por supuesto me pedí un Cinammon Roll. Estaba delicioso y con una forma diferente, como un croissant al que le han cortado los cuernos. Incluso puedes comprar su libro de recetas.

  Además tienen sandwiches, refrescos, smoothies, pan de centeno, …

Para tomar un rico tentempié en pleno Soho londinense.

  Callejeado encontramos una librería un tanto peculiar. Con ilustraciones tan bonitas como estas. Se trata de House of Minalima. Es una exposición y tienda del arte gráfico de las películas de Harry Potter ™, y otras obras.

Con todos los escudos de las casas de los niños de Hogwarts.

  Y si eres fan de Harry Potter visita imprescindible para todo fan que se precie es ir al andén 9 ¾ en Kings Cross, la estación de El Expreso de Hogwarts aparece en todas las películas de Harry Potter. Echa un vistazo a los andenes 4 y 5, los que se utilizaron durante el rodaje, y hazte una foto empujando un carrito rumbo al mundo mágico atravesando la pared marcada como andén 9 ¾ (ojo, hay cola!!!). En las películas, se utilizó el exterior neogótico de la Estación de St. Pancras para representar la estación desde la que Harry subía a bordo del Expreso de Hogwarts así que fíjate bien en su fachada.

  Además, visita la tienda de Harry Potter, diseñada para parecerse a la tienda de varitas de Ollivander. O si dispones de tiempo y dinero ve al parque temático de Warner Bros. Studio Tour London – The Making of Harry Potter.

 Esta es la pastelería más antigua de todo Londres, dicen.

  Sí, llovía, por primera vez. Se nos truncaron los planes de enseñarles a las niñas la animada Covent Garden que tanto me gusta. A pesar de los paraguas nos mojamos de lo lindo, llovía de canto y con fuerza. Así que volvimos al hotel a cambiarnos y ya de paso pasamos por The Hummingbird Bakery en South Kensington, junto al hotel, e hicimos una parada técnica.

  Carrot Cake, muy buena pero mejor la de Borough Market, Red Velvet y Swirl Red Velvet Cheesecake. Todo muy rico, la verdad, no defrauda.

  Si os gusta la mostaza esta es una de las mejores, francesa, por cierto, Maille.

Otras pastelerías que no hay que perderse, menudos escaparates, Patisserie Valerie.

O Caffé Concerto, el lujo más barroco.

  Para mí la mejor pastelería francesa en Londres, delicioso es decir poco, PAUL es un must. Sólo el olor al entrar te embriaga. Probamos sus macarons gigantes de chocolate y un trozo de tarta llamada Craquant. Una tarta de capas de bizcocho de chocolate negro con mousse de chocolate, una fina capa de praliné crujiente y un glaseado de chocolate oscuro.

  Uno de los caprichos que me permití este viaje y que estaba deseando hacer fue ir a Peggy Porschen Cakes en la zona de Belgravia. Me encanta todo lo que hace esta mujer. ¿Os acordáis de las galletas decoradas Baby shower que hice hace unos años? Pues las hice siguiendo el libro Boutique Baking de Peggy Porschen. Fundada en 2.003 por Peggy Porschen y su marido no sólo es una pastelería al uso, preparan Tartas de boda y otros eventos para la lata sociedad londinense y además acoge en un local de enfrente una Escuela de Decoración de Tartas, Peggy Porschen Academy. La pastelería es un sitio pequeño con muy pocas mesas dentro y algunas más fuera. Tuvimos la suerte de que dejaran libre una mesa nada más entrar nosotros.

  A pesar de que no soy muy amiga del color rosa está decorada con elegancia, sin estridencias  ni ornamentos barrocos. Sirven porciones de tartas, cupcakes, galletas, … , se pueden recoger encargos o llevarse unas mermeladas caseras o algunos de sus libros y hasta moldes, cortadores, stands de tartas, … Incluso sirven botellitas de Moët Chandon Rosé Imperial!!!! Estaba decorada en modo Pascua. Las lámparas son como moldes de flan !!! Nosotros pedimos un capuccino, un Gingerbread Tea, un chocolate caliente, Rapsberry lemon & rose Cake (bizcocho tierno, cítrico y con la acidez de las frambuesas), Banofee Cupcake y Chocolate Heaven Cupcake muy muy buenos la verdad que valió la pena la merienda.

Un sitio muy recomendable.

Espero que os haya gustado este viaje por la animada Londres.

  Si tenéis la oportunidad de salir del centro de Londres os recomiendo estas tiendas especializadas en menaje y repostería: Kitchen Ideas, Windsor Craft Ltd, Sugar Shack,  y LakelandYo me conformo con verlas online, otra vez será. No me quejo, he visto sitios de Londres que desconocía, he hecho una muy buena ruta repostera. Me he reencontrado con un compañero del colegio que es concertista de piano y vive en Londres desde hace 8 años, él y su novia María, una enfermera filipina afincada en Londres, nos acompañaron una tarde de tertulia y compras por la ciudad y fueron muy amables. Me encantó que nos volviéramos a ver ¡y en Londres! Y lo más importante, mis niñas han disfrutado mucho del viaje. ¿Qué más se puede pedir? Pues esperar al siguiente, siempre.

 

 

  He traído mucho material para hacer nuevos posts practicando con estos libros y revistas, sólo de ojearlos ya tengo un montón de recetas pensadas. La hora del té se ha instaurado en casa.

  Y ahora a seguir con la mudanza, que las obras de mi nueva cocina empiezan YA. Un beso, nos vemos en poco tiempo con novedades.

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Tarta Selva Negra

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  La receta de hoy la preparé para el Día de la Madre. Así que va dedicada a todas las que sois madres y a las que sois hijas y tenéis la suerte de tener madre y celebrar el día con ellas. La tarta que os traigo hoy es todo un clásico en la repostería alemana, la Tarta Selva Negra o Tartas clásicas (tarta de cereza de la Selva Negra).

  Esta receta la he adaptado de un libro de postres clásicos “Pâtisserie: A Step-by-step Guide to Baking French Pastries at Home de Murielle Valette. La autora proviene de una familia francesa con tradición en la restauración. Posee una estrella Michelin y su restaurante, Ockenden Manor, está situado en Buckfield (al Sur de Londres). Aunque el postre es originario de Alemania es también muy popular en la región francesa de Alsacia, en la frontera con Alemania.

  La Selva Negra es en realidad un bosque, una Foresta Nera como la denominaron los romanos, es un magnífico bosque alemán ubicado en el estado de Baden-Wurtemberg. Se yergue en el triángulo fronterizo entre Alemania, Suiza y Francia, a hora y media de Stuttgart y Zúrich.

  Dos ingredientes son imprescindibles para la preparación al estilo más tradicional:

  • El kirsch o Kirschwasser (aguardiente de cereza), concretamente el Schwarzwälder Kirsch, que se prepara en la región de la Selva Negra a partir de la destilación de cerezas ácidas o guindas (la guinda es un tipo de cereza silvestre y de sabor agrio). Concretamente de la variedad Morello. Para elaborarlo se usan las cerezas enteras, machacadas y destiladas, dando lugar a este licor de muy alta graduación, enormemente apreciado a nivel gastronómico y usado para platos tan distintos como la fondee o la tarta selva negra.
  • Las cerezas, una variedad en concreto, las  Griottines o Morello, Esta variedad de cerezas silvestres se cultiva también en Francia. Se trata de unas cerezas más pequeñas que las habituales y con un sabor muy especial, normalmente almibaradas con Kirsch. Las guindas son los frutos del guindo, cerezo ácido o cerezo de Morello. Las guindas son cerezas silvestres, clasificadas como fruta agria. Son oscuras, con un color que oscila entre el rojo y el negro, y de tallo corto. Se utilizan sobre todo en elaboraciones culinarias. Como las cerezas y picotas, también se trata de una fruta saludable. La guinda se utiliza como diurético, astringente o expectorante, y es beneficiosa frente a la gota, la hipertensión o ciertas cardiopatías.

  Este pastel es ligero pero cremoso y está cargado de cerezas y alcohol. Capas de genovesa de chocolate embebidas en almíbar de cerezas y kirsch, alternadas con crema chantilly, muchas cerezas y virutas de chocolate negro. Y como todo postre clásico tiene sus leyendas y sus “se dice” “se comenta” que …

  Existe la presunción de que la combinación de cerezas, alcohol y crema, es decir, los ingredientes para la tarta, ya se conocía hace 200 años en la Selva Negra en forma de postre. Un pastel con galletas y cerezas llamado así podría haber sido un prototipo del pastel de la Selva Negra.

  También hay quien piensa que la tarta se asemeja al traje tradicional de las mujeres de Baden, chocolate negro (como el vestido) crema Chantilly (como la blusa blanca) y cerezas como las Bollenhut del sombrero.

  Hasta comparan la tarta con Blancanieves: “Allí permanece como una pequeña Blancanieves: crema blanca como la nieve, cerezas rojas como la sangre, capas de bizcocho de chocolate marrón oscuro y gruesos copos de chocolate como decoración. Además, el aroma del mejor aguardiente de cereza …”.

  Se adjudicó como inventor de la tarta Selva Negra, en 1.915 al pastelero Josef Keller, nacido en 1.887 en Riedlingen, en el estado de Baden-Württemberg. En el entonces famoso Café Ahrend en Bad Godesberg cerca de la ciudad de Bonn (hoy: Bonn-Bad Godesberg) se comercializaron estas tartas, y repetidamente afirmó haber inventado él la tarta. Después de un tiempo en el ejército, Josef Keller estableció su propia cafetería en Radolfzell. Fue aquí donde comenzó a trabajar un joven pastelero, August Schaefer, que aprendió todas las técnicas de confitería de su maestro. Pero su pastel originalmente consistía en una capa de bizcocho de Viena y no en capas de bizcocho de chocolate de la tarta de la Selva Negra de la actualidad.

  Josef Keller murió en 1.981, y le legó a su aprendiz, August Schaefer, su libro de recetas con la receta original del famoso pastel.

  El hijo del aprendiz en cuestión, Claus Schaefer, sigue siendo panadero en Triberg’s Konditorei Schaefer y adivinad cuál es su especialidad …

  En 2.007, la investigación realizada por el encargado de los archivos de la ciudad de Tubinga Udo Rauch sobre el origen del pastel de la Selva Negra demostró que el pastelero del Café Walz en la ciudad de Tübingen, Erwin Hildenbrand, es el verdadero inventor del famoso pastel. Se dice que lo inventó en la primavera de 1.930. Su investigación demostró que Hildenbrand trabajó en la década de 1.920 en la Selva Negra (Furtwangen y Freudenstadt). Además, hay una foto manuscrita fechada en 1.936, que muestra al pastelero maestro cómo hace un pastel de la Selva Negra. Pero como toda leyenda unida a un plato es difícil de corroborar su origen.

  En 1.934, la tarta Selva Negra fue mencionada por primera vez por escrito en el libro “250 Konditorei – Spezialitäten und pie sie entstehen” por JM Erich Weber, Dresden 1.934 (“250 Pasteles – especialidades y cómo están hechos”). En este momento, el postre se conocía principalmente en Berlín, así como en las buenas pastelerías de las ciudades alemanas, austriacas y suizas. En 1.949, la Tarta Selva Negra estaba justo en el número 13 de los pasteles más conocidos en Alemania. Después de eso, sin embargo, su nombre se desarrolló rápidamente. Hoy es el pastel más conocido y popular de Alemania y el postre alemán más conocido internacionalmente.

Cada dos años hay un festival de la Tarta Selva Negra en Todtnauberg.

  Y ahora que hemos averiguado un poco sobre el origen de este clásico de la repostería alemana, vamos con la receta. La he hecho varias veces. Unas veces con bizcocho genovés, el más utilizado en la mayoría de recetas y otras con un bizcocho de chocolate que me encanta como base para tartas. En cuanto a las cerezas he encontrado unas agrias en almíbar al que he añadido kirsch. Luego lo utilizo para almibarar las capas de bizcocho. Para el relleno, siempre con nata montada.  Me gusta más y queda mejor el conjunto con una fina capa de mermelada de cerezas y chocolate rallado. Para coronar una capa de ganaché, unos rosetones de nata y cerezas en almíbar o frescas o guindas. Personalmente no la cubro totalmente con nata me gusta que se vean las capas que quede decadente y “desnuda”, como una naked cake.

Tarta Selva Negra

INGREDIENTES (8 raciones):

Bizcocho genovés

– 130 g de harina

– 20 g de maizena

– 30 g de cacao en polvo

– 1 cucharadita o TSP de café soluble

– 6 huevos tamaño L

– 185 g de azúcar extrafino (Caster sugar)

– 1/2 cucharadita o TSP de sal

– 1 cucharadita o TSP de extracto de vainilla (opcional)

Relleno

– 500 g de crema Chantilly o nata montada

– 200 g de Griottines en (cerezas agrias en almíbar con Kirsch)

– 100 g de chocolate mínimo 50% de cacao rallado

– Mermelada de cerezas

Ganaché de chocolate

– Seguir receta de ganaché básica 2:1 aquí

– Unas cerezas frescas o guindas para adornar.

  Deshuesa y parte por la mitad las cerezas en almíbar y añade un buen chorro de Kirsch al gusto en el almíbar (yo he utilizado cerezas agrias en almíbar). Ese almíbar con el kirsch nos servirá para emborrachar nuestros bizcochos. Deja las cerezas que maceren en el jugo (incluso toda la noche).

  Engrasa 3 moldes (tipo layer) redondos pequeños y coloca en la base círculos de papel de horno o sulfurizado. En un bol mediano tamizar juntos la harina, la maicena, el cacao, café soluble y la sal, reservad. En un bol grande bate los huevos con el azúcar hasta que blanqueen (2 minutos a velocidad media-alta de la KA). Añade la vainilla e integra (opcional). Coloca el bol al baño María (dentro de un cazo con 3 cm de agua a 80ºC sin llegar a tocar el agua). Batir vigorosamente a mano con la ayuda de unas varillas hasta que la mezcla alcance unos 40-45ºC. Con la técnica del baño María conseguimos que el huevo se licue un poco y su esponjado sea más eficaz. Después retirar el bol y batir con varillas eléctricas a máxima velocidad 10-15 minutos. Precalentar el horno a 160º C con calor arriba y abajo. Verter la mezcla de harina tamizada de nuevo para que caiga en forma de lluvia (así tiene más volumen) en 4 o 5 veces. A mano con la ayuda de una espátula integrar con movimientos envolventes, con cuidado para que el volumen baje lo justo pero que no queden pequeñas cantidades de harina sin integrar. Vierte sobre los moldes repartiendo la masa equitativamente y hornea a media altura entre 30 -40 minutos. No abrir el horno los 30 minutos primeros o bajará la estructura del bizcocho aún no formada. Cuando al pinchar el centro este salga limpio está listo. A los 5 minutos de sacar los moldes del horno dejar enfriar sobre una rejilla al menos 1h.

  Para el montaje de la tarta colocar uno de los bizcochos, almibarar y poner una capa de mermelada de cerezas. A continuación colocar una capa de mitades de Griottines, luego de nata montada y un poco de chocolate calado. Y así hasta llegar a la última capa de bizcocho, esta vez almibaramos y ponemos una capa de ganaché, coronamos con rosetones de nata montada, chocolate rallado y cerezas naturales o si no es temporada, guindas.

 

Todo un clásico de la repostería europea.

Es realmente apetecible.

Bonita por dentro y por fuera.

A lo Naked Drip Cake también queda muy bonita ¿no?

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Cupcakes Selva Negra

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  Si hay una fruta que me encanta hasta decir basta esas son las cerezas. Estaba deseando hacer la Tarta Selva Negra. Tanto, que la he hecho dos veces, y una tercera en forma de cupcake. Tengo tantas recetas pendientes y tantos libros de repostería que necesitaría 500 vidas para hornearlo todo pero bueno me conformaré con la presente y con un poco de paciencia seguiré haciendo eso que tanto que me gusta, hacer repostería. Ya he publicado en 5 años más de 300 recetas así que voy bien.

  Hoy os traigo una receta tuneada, la receta del bizcocho del cupcake la tomé prestada de Ina-Janine Johnsen, una bloguera alemana afincada en Noruega. El resto es cosecha mía, he adaptado el relleno típico de la Tarta Selva Negra a formato Cupcake. Ina, la autora del blog Mat På Bordet, publicó esta receta hace unos años en la revista noruega Bake. Y dicha revista fue a parar a mis manos en un aeropuerto de Stavanger (Noruega) allá por el año 2.014, ya era hora de hacer alguna receta más ¿no?

Si quieres saber la historia de este típico postre alemán, la Schwarzwälder Kirsch Torte, visita el anterior post.

  Y ahora vamos con la receta. Además del bizcocho de chocolate necesitaremos mermelada de cerezas, Griottines o cerezas agrias en almíbar (si es con Kirsch, mejor), el almíbar de las cerezas para humedecer el bizcocho, chocolate negro rallado, nata montada y cerezas frescas o en almíbar. Como siempre ingredientes a temperatura ambiente.

No me diréis que no son preciosos ¿eh?

El rojo cereza es mmmmmm

 

Cupcakes Selva Negra

INGREDIENTES (para 20 cupcakes):

Bizcocho

– 240 g de harina de repostería (200 g de harina normal+40 g de maizena)

– 60 g de cacao en polvo (he usado Valor)

– 1 cucharadita o TSP de bicarbonato sódico

– 1 cucharadita o TSP de polvo de hornear

– 1 cucharadita o TSP de sal

– 1 cucharadita o TSP de café soluble

– 225 g de mantequilla sin sal (pomada)

– 300 g de azúcar

– 3 huevos

– 1 cucharadita o TSP de extracto de vainilla

– 150 g de nata fresca o crème fraîche 

– 120 ml de agua caliente

Relleno

– 1 tarro mediano de mermelada de cerezas

– Griottines o cerezas agrias en conserva deshuesadas (1 cereza por cupcake)

– Almíbar de la conserva

– Kirsch al gusto (yo le añadí un buen chorro al almíbar)

Cobertura

– Unos 100 g de ganaché de chocolate (2 partes de chocolate 1 de nata)

– Chocolate mínimo 50% de cacao, rallado o en virutas

– 300 ml de nata montada (nata para montar con un mínimo de 35’1% de man. grasa+azúcar glas al gusto)

– Cerezas frescas para coronar el cupcake (si no es temporada, en almíbar)

  En un bol tamizar juntos todos los ingredientes secos (harinas, cacao, bicarbonato, polvo de hornear, sal, café soluble) y reservar. Preparar el molde de cupcakes con sus cápsulas. Precalentar el horno a 180ºC con calor arriba y abajo.   En el bol de un robot de cocina tipo KA batir la mantequilla hasta que esté cremosa, añadir el azúcar e integrar. A continuación agregar los huevos uno a uno. Después añadir la vainilla y la nata fresca integrando después de añadir cada ingrediente. Finalmente agregar el agua caliente e integrar. Repartir de manera equitativa en las cápsulas, sin sobrepasar los 2/3 del volumen de la cápsula y hornear a media altura a 180ºC durante unos 15-20 minutos. Para asegurarse de que estén bien hechos pinchar en el centro del cupcake con un palito y si sale seco están perfectos si no hornear unos minutos más. No los horneéis de más, entre mucho y poco está la perfección. Unos cupcakes de chocolate horneados de más quedarán secos y con un sabor retostado. Han de quedar esponjosos. Dejar 5 minutos en el molde y luego enfriar sobre una rejilla. Una vez tibios verter 1 TBSP o cucharada sopera de almíbar con Kirsch sobre el cupcake. Después descorazonar un trozo del centro del cupcake y rellenar con mermelada y 2 mitades deshuesadas de cereza en conserva y después colocar la mitad del pedacito que habíamos retirado. Comeros el otro pedacito y veréis qué esponjosidad. Verter 1 TBSP o cucharada sopera de ganaché sobre la superficie y dejar que se tibie un poco.

  Mientras preparar la Chantilly o nata montada y con la ayuda de una manga pastelera y boquilla (yo he utilizado una redonda) hacer un buen “moño”. Luego espolvorear con chocolate rallado y coronar con una cereza.

Ahora ya podéis hincarle el diente, es puro placer !!!!!!

Quien lo prueba quiere repetir.

Un postre lujurioso.

Esto es como Chocolates Valor, placer adulto.

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Bizcoflán

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  Hace mucho tiempo que quería hacer esta receta. Ahora ya no está entre mis pendientes. Se puso de moda hace unos años. Es mágica porque consta de 2 masas diferentes que al hornear invierten su orden. ¿Recordáis la Tarta mágica? Algo parecido invierte las capas por la diferencia de densidad entre las masas.

  ¿Os ha pasado alguna vez que seguís fervientemente a una autora y bloguera y de repente desaparece de la faz de la tierra? Parece que la blogosfera siempre va a estar ahí y de repente sin avisar, se acaba. Hace años seguía a una bloguera americana que formó una familia en Noruega y escribía y fotografiaba tanto recetas americanas como escandinavas. De repente dejó de publicar. Y reconozco que a pesar de no conocerla en persona me quedé como extrañada, de esa ausencia, de esa falta de contenido, desangelado de noticias suyas. Sin saber si estaría bien, si le habría pasado algo, o si, simplemente, se habría cansado de publicar. Su blog The Transplanted Baker sigue ahí.

  Lo mismo me pasó hace unas semanas con otra bloguera autora de varios libros que forman parte de mi biblioteca reposteril, Sandeea o Sandra Mangas del blog La Receta de la Felicidad. Con la diferencia que aunque hace un par de años que desapareció de las RRSS y dejó de publicar en su blog, hace sólo un poco tiempo que directamente desapareció el dominio y no hay forma de ver su contenido.

  Quizá un día yo también me canse, me dediqué a otra cosa o simplemente ya no me llene ni me satisfaga el compartir las recetas, porque al blog hay que dedicarle cariño, mimo y TIEMPO y a veces hay que priorizar.

  A veces uno se cansa o tiene algún problema que impide dedicar tiempo al blog. Quizá la vida personal, familiar o laboral no permite seguir dedicando tiempo a algo que antes nos llenaba y nos daba satisfacciones. Internet es efímero aunque a veces no nos dé esa sensación. A veces se ensalza algo que queda en el olvido después o alguien desaparece y te deja como “huérfana”. En este caso siempre me quedarán sus libros, menos mal.

  Bueno, dejemos de divagar y vayamos con la receta. El flan de huevo es uno de mis postres favoritos de toda la vida. Sandeea en su libro Chocolate tiene una receta, Chocoflan. Yo no lo he cubierto de chocolate y la receta del flan de huevo es el de toda la vida que hago siempre en casa pero el bizcocho de chocolate es el que aparece en su receta. Cuando hojeando su libro lo vi, recordé que nunca lo había hecho así que ya era hora de tachar otra de esas recetas pendientes.

  Ingredientes a temperatura ambiente a no ser que especifique lo contrario. Podéis hacer el caramelo casero con 50 g de azúcar llevándolo al fuego con unas gotas de limón, yo prefiero no complicarme y utilizar el de Royal de toda la vida. He hecho el postre en el molde Fleury de Lys de Nordic Ware. Primero lo he rociado con aceite desmoldante y luego he puesto el caramelo líquido.

Con el molde de Nordic Ware queda de lo más bonito.

Bizcoflán

INGREDIENTES (8 buenas raciones):

Bizcocho

– 100 g de chocolate negro (55% de cacao)

– 150 g de mantequilla

– 100 g de harina

– 25 g de cacao puro en polvo

– 1 cucharadita o TSP de café soluble

– 1 cucharadita o TSP de levadura química

– 1/2 cucharadita o TSP de sal

– 3 huevos

– 150 g de azúcar

Flan de huevo

– Caramelo líquido para el molde

– 1/2 l de leche entera

– 4 huevos M

– 200 g de azúcar

– Corteza de 1 limón

– 1 rama de canela

     

  Precalentamos el horno a 160º C. Preparamos el molde elegido con aceite desmoldante y caramelo al gusto. Preparamos la masa de bizcocho de chocolate. En un cazo calentamos la mantequilla al fuego y añadimos el chocolate troceado a fuego muy suave sin dejar de remover hasta que esté casi fundido. Retiramos del fuego acabamos de derretir el chocolate y reservamos. En un bol tamizamos juntos el cacao, la harina, la levadura, la sal y el café y reservamos. En otro bol batimos los huevos con el azúcar con un batidor hasta que la mezcla esté cremosa y después agregamos la crema de chocolate. A continuación añadimos los ingredientes secos y removemos con la ayuda de una espátula. Verter la masa en el molde y reservar. Preparar el flan calentando primero la leche junto a la corteza de limón y la canela, llevar a ebullición. En un bol batir los huevos con el azúcar, añadir la leche caliente colada, poco a poco y remover. Retirar las burbujas que se formen si no queréis que la superficie del flan quede muy agujereada, aunque a mí no me importa la verdad. Verter la masa con la ayuda de un cucharón o cazo, con cuidado. Cubrir con papel de aluminio el molde, colocar en un recipiente grande y rellenar con agua caliente para hacer el baño María. Hornear durante 1h. Sacar del horno, dejar enfriar a temperatura ambiente en el mismo molde y refrigerar (yo lo dejé toda la noche). Desmoldar y servir. Si no consumimos todo el mismo día guardar el sobrante en la nevera cubierto para evitar que se seque.

Está tan delicioso como parece.

Al corte queda de lo más bonito.

Me parece un postre con un toque retro encantador.

Delicioso, una combinación de texturas increíbles.

 

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Granary Bread Loaf

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  Me encanta hacer pan. Aunque me da un poco de respeto la masa madre y hasta ahora no he tenido buenas experiencias con ella. Pero el pan de molde con levaduras es más sencillo así que por algo hay que empezar.

  Todavía me quedaba harina tipo Granary, de la que compré en el supermercado inglés Iceland. La harina Granary es una harina británica. Es una marca registrada de la casa Hovis. Se trata de una harina semi-integral que contiene una mezcla de harina integral, harina de centeno y trigo malteado. Para obtener el trigo malteado, el trigo se deja germinar, se tuesta y se muele. Esta harina le otorga al pan un sabor y un aroma ligeramente dulce y tostado.

  Siguiendo los consejos de Bea Roque congele la harina para que no se estropeara, en realidad no llega a congelarse del todo, mantiene la textura empolvada pero se queda muy fría y se conserva espectacularmente bien. La puse en una bolsa de zip grande sin aire y al congelador. Es suficiente con sacarla media hora antes de utilizarla y extenderla en una fuente. Fue todo un descubrimiento.

  Hace un tiempo preparé un pan con esta harina y quedó muy bueno. Así que era hora de utilizar el resto. Si quieres conocer la historia de este tipo de harina comercializada por la casa Hovis clica aquí.

¿Se os ocurre de qué rellenarlo?

Perfecto para hacer unas tostadas para la cena.

  La receta de hoy la encontré en el blog Lavander & LoveageEs una delicia de blog, os lo recomiendo. La receta de Karen es para 1 pan de molde grande o 2 medianos o varios pequeños. En caso de no encontrar este tipo de harina se recomienda utilizar harina especial para pan multicereales. La receta se puede hacer con levadura seca de panadero ó 15 g de levadura fresca prensada. Si lo hacéis con levadura fresca hay que disolverla en un poco de agua tibia y dejar reposar 10 minutos antes de incorporarla al resto de ingredientes. La seca, liofilizada ya sabéis que se echa directamente en la harina, no requiere hidratación.

Mmmm riquísimo con cualquier alimento que le pongas.

Granary Bread Loaf

INGREDIENTES (1 pan de molde grande, de unos 900 g):

– 350 g de harina “Granary

– 100 g de harina de fuerza

– 1 TSP o cucharadita de sal

– 7 g de levadura de panadero

– 25 g de mantequilla derretida tibia

– 300 ml de agua tibia

  En un bol grande mezclar las harinas, la sal y la levadura y hacer un hueco en medio donde verter la mantequilla y el agua. Mezclar con las manos o en el robot tipo K.A. con la pala. Amasar a mano o en el robot durante unos 10 minutos hasta que quede suave y elástica. Preparar un bol untado con aceite y dejar reposar la masa hasta que doble su volumen cubierta con film y un trapo en un sitio cálido de la casa. Engrasar el molde tipo loaf. Una vez levado precalentar el horno a 180ºC. Darle forma alargada a la masa y colocar en el molde con cuidado. Dejar levando de nuevo hasta que doble su volumen. Antes de hornear podéis espolvorear con un poco de harina y unos granos la superficie. Después hornear a media altura unos 30 minutos. Estará hecho cuando al golpear la parte de abajo suene hueco. Testear a los 20 minutos.

  Una vez horneado colocar sobre una rejilla y dejar que se airee y enfríe.

Aguanta 2 ó 3 días en un contenedor hermético.

También puedes rebanarlo y congelar.

Como veis es bastante sencillo de hacer y está espectacular.

Esta vez el acompañamiento no es dulce.

Porque no sólo de dulce vivo yo.

 

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Bocaditos de bizcocho y brownie

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  Otra receta de esas que tenía pendiente, pero el fin de semana me lancé a hacerla de repente y como decimos en mi tierra “pensat i fet” (pensado y hecho). Estos bocaditos son la versión casera de esos que habitualmente encontramos en el supermercado. Este bizcocho mitad vainilla mitad brownie de chocolate es denso de miga prieta, perfecto para untar en la leche. Además su forma alargada lo hace perfecto para eso. Un pequeño bocado al que yo además he recubierto de chocolate fundido por la parte inferior. No digo más.

  La receta es una adaptación del blog Rasa Malaysia. Y llevaba mucho tiempo queriéndola hacer. A este paso necesitaré  1.001 vidas para hacer todos mis postres pendientes!!!! Vamos con la receta. Recordar, ingredientes a temperatura ambiente, a no ser que indique lo contrario. La receta la preparé el fin de semana pasado y casi no me dejan ni hacerle unas fotos, andaban  al acecho todos los habitantes de la casa olisqueando y esperando a que llegara el momento de atrapar a su presa. Así que el reportaje fue contrarreloj y bajo presión, jejejeje.

Bocaditos de vainilla y brownie

INGREDIENTES (8 trozos):

Brownie

– 140 g de chocolate negro (yo he usado Valor Postres)

– 50 g de mantequilla sin sal

– 50 g de azúcar moreno

– 1 huevo

– 35 g de harina

– 1/2 TSP o cucharadita de café soluble

– 1 pizca de sal

Bizcocho de vainilla

– 120 g de mantequilla sin sal

– 100 g de azúcar

– 2 huevos

– 120 g de harina

– 1/4 TSP o cucharadita de polvo de hornear

– 1 pizca de sal

– 50 ml de leche

– 1 TSP o cucharadita de extracto o pasta de vainilla

Cobertura

– 150 g de chocolate negro (yo he usado Valor Postres)

  Preparar un molde alargado de unos 20×10 cm tipo loaf y engrasar. Precalentar el horno a 180ºC. En un cazo derretir el chocolate troceado con la mantequilla a baja potencia de calor. Dejar que se tibie un poco. Añadir el azúcar y remover hasta integrar. Agregar el huevo y mezclar bien. Por último añadir la harina con el café soluble y la sal tamizados, integrar bien. Verter sobre el molde y hornear a media altura unos 15 minutos. Mientras tanto preparar la masa del bizcocho de vainilla. Batir la mantequilla con el azúcar con un batidor eléctrico o robot tipo K.A. hasta que esté cremosa. Añadir los huevos de uno en uno batiendo después de añadir cada uno de ellos. Tamizar la harina, junto con el polvo de hornear y la sal. Mezclar la leche con la vainilla. añadir a la masa alternando mezcla de harina con la de leche. Mezclar hasta conseguir una masa batida suave y sin grumos, pero ojo, no sobrebatir. Verter sobre el molde donde tenemos el brownie, con cuidado, yo he utilizado una manga pastelera. Hornear a media altura a 160ºC unos 30 minutos. Chequear pasado ese tiempo pinchando en el centro con un palito hasta que salga limpio. Sacar del horno y enfriar sobre una rejilla. Mientras tanto derretir el chocolate para la cobertura en el microondas o en un cazo al baño María. Una vez frío el bizcocho cortar en trozos y bañar en chocolate parte del brownie. Dejar enfriar sobre una lámina de papel de horno y a disfrutar.

 Delicioso para un desayuno o una merienda

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Macarons de tomate, queso crema y mermelada de tomate

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  Hacía tiempo que no preparaba macarons y como estamos en temporada de tomates quería hacer dos cosas. Primero que esta vez fueran salados, sí, no estoy loca, los hay salados y no son los primeros que preparo. La masa es la misma pero en este caso con un toque especial. Y segundo, desde que hacía los cursos de macarons con mi sensei Belén de Cupcakes a Gogó tratamos el tema de los trampantojos y macarons con formas. Pues estos los vi y me enamoré, y era cuestión de tiempo que los hiciera. Los vi en Pinterest, ese maravilloso escaparate qué tanto me gusta. El caso es que estos los vi en una página de una pastelería de Australia y yo he hecho mi propia versión.

  La receta de los macaron básicos con merengue italiano los tenéis aquí, tanto la receta, como el paso a paso y trucos para que salgan sí o sí. Hoy no me voy a enrollar mucho. Vamos allá. Salen unos 24 macarons.

Macarons de tomate

Al TPT de la receta básica de macarons con merengue italiano le añadiremos:

– 1/4 de TSP o cucharadita de pimentón dulce (D.O. de la Vera)

–  1 TSP o cucharadita de tomate deshidratado en polvo o molido (yo lo compré deshidratado y lo molí en casa, luego lo pasé por el tamiz fino). El resto de la receta es tal cual tenéis en el enlace.

– Colorante rojo en gel (yo uso este)

  Relleno

– 250 g de queso crema tipo Philadelphia

– Nata líquida al gusto (para aclarar un poco el queso y que no esté tan espeso)

– 1/4 de TSP o cucharadita de pimentón dulce (D.O. de la Vera)

– 1 TSP o cucharadita de tomate deshidratado en polvo o molido

– Un poco de orégano

– 1 bote de mermelada o confitura de tomate

  Una vez hechos nuestros macarons dejar que reposen 48h en la nevera bien tapados en un tupir hermético. Al llevar mermelada humedecen macaron por lo que es conveniente rellenar y consumir en un plazo breve. Para hacer el relleno mezclar todos los ingredientes en un bol mediano (a excepción de la confitura y el orégano) y remover con la ayuda de una cuchara de madera. Después ponerlo en una manga pastelera para rellenar. Rellenar la mitad de las coquilles o conchas de macaron con un toque en el centro y con la ayuda de otra manga rellenar la parte de alrededor con la confitura de tomate, espolvorear con un poquito de orégano y colocar la otra coquille encima. Listos para tomar. Sorprenderás a los tuyos con una receta muy original y una presentación única de estos “maccherries”. Para hacer las ramas y su ramificación simplemente he utilizado ramas auténticas de tomates cherry en rama. Creo que así queda más auténtico.

Como veis quedan de lo más lucidores ¿no creéis?

El sabor sorprendente

y un bocado muy jugoso.

 

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Cuajada tradicional y de ruta por el norte de Navarra

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  ¿Cómo vais? ¿Ya estáis de vacaciones? Yo sí, y aún me quedan un par de semanas. Hace un mes que no publicaba nada. Entre el fin de curso y las vacaciones me he relajado con el blog. Y hace ya 5 años que empecé a publicar mis recetas en el blog!!!!!!!!! Parece que fue ayer cuando me inicié en el maravilloso mundo de la repostería. Pensé que me cansaría, que no me ilusionaría tanto contaros mis historias, mis recetas y creaciones, pero como veis aquí sigo 5 años después y con la misma ilusión que el primer día pero con más experiencia.

  Las próximas recetas que os traigo serán de lo más tradicionales y con leche fresca de oveja y cuajo que me he traído del norte.

  Los que me seguís en Instagram sabréis que he estado unos días en Navarra y el País Vasco disfrutando de mi familia y unos de mis mejores amigos. Paisajes de ensueño, prados verdes, bosques infinitos de castaños centenarios, fresnos, robles, arces, helechos, hayas, cascadas, ríos y una casa rural maravillosa en la zona de Montaña de Navarra. Un oasis de tranquilidad y encuentro con la naturaleza de los Pirineos.

  Ya sabéis que en los últimos años hemos estado por el norte, en Asturias, Cantabria y País Vasco. Aunque el Mediterráneo nos tira mucho, es muy refrescante pasar parte del verano en el norte. Para unos valencianos de sol y playa es lo más. Huir del sofocante calor y de la humedad.

  La casa de estilo rústico y tradicional está situada en Azquilarrea, en el municipio de Arantza (o Aranaz, el nombre histórico en castellano), un pintoresco pueblo de 650 habitantes al noroeste de Navarra. Es una de las cinco villas (la más aislada) de la montaña o Bortziriak que se sitúan a ambos lados del río Bidasoa. Situada en los Pirineos Atlánticos, la zona de Navarra más cercana a la costa.

  La casa tiene nombre propio, Haizegu. En euskera Haize-hegoa significa viento del sur, pero en Aranosa se acortan mucho las palabras y por eso dicen Haizegu. En la casa, obviamente, pega mucho el viento del sur, de ahí el nombre. Con su tejado, su piedra, la balconada, el porche y las contraventanas de madera es realmente preciosa, rodeada de pastos, cerca de un caserío familiar y con su propia fauna:

gallinas y perros que hicieron las delicias de los niños, los perros Lur (Tierra en euskera), la mayor, y Mendi (montaña en euskera), el cachorro. En el caserío de al lado que es de la familia de los dueños de la casa, había otro Collie llamado Pintxo. Ya os imagináis lo felices que estaban ellos y mis hijas y su amigo Víctor. Por la mañana excursión y a comer fuera y por la tarde paseo y a disfrutar de la casa y de los perros.

  Como bien sabéis, en casa hemos tenido más gatos que perros por cuestión de espacio pero tener la oportunidad de además tener perros en la casa rural fue una pasada. Los niños disfrutaron muchísimo. Además de la zona de terreno con césped y los columpios.

  Ir por huevos frescos de las gallinas todos los días era una tarea obligada para los niños. Las gallinas siempre ponían un huevo cada una al día y los dejaban en una esquina, siempre en el mismo sitio.

Pequeños detalles que lo dicen todo.

Cuidando hasta el último detalle.

  La casa tiene todas las comodidades sin perder ese aire rústico y tradicional.

Con un porche amueblado y una barbacoa de obra a la que por supuesto no le faltaron buenos chuletones, solomillos, hamburguesas de carne de la región y chistorra. Y mucho espacio para que los niños desfogaran y corrieran por doquier. Desde aquí además quiero dar las gracias a Maite, nuestra casera, por su amabilidad y por tener la casa tan arreglada y limpia, cuidando cada detalle. Por sus recomendaciones. Por dejarnos disfrutar de los perros de la casa. Hasta nos dio patatas de su huerto. Un encanto conocerla y a su pequeña hija Lorea, preciosa y muy simpática.

Las vistas que teníamos cada mañana desde nuestra habitación.

Un pequeño paraíso en plena montaña.

Rodeados de naturaleza.

  Disfrutamos de la cascada de Putzubeltz.

Aunque mis hijas disfrutaron más lanzando palos a Lur que se lo pasó pipa bañándose en las frías aguas de la cascada mientras los buscaba.

  Pensamos que nos llevábamos a la perra de paseo pero era ella la que nos llevaba a nosotros.

Un paseo por la calzada que baja hasta Arruzpi rodeados de árboles y algunas setas.

Salir a hacer rutas de senderismo por cómodas calzadas nos lleva a parajes como este.

  Y para reponer fuerzas cuajada de leche fresca de oveja con un chorrito de miel, estas que nos comimos en la casa son de la marca Goshua.

El kaiku grande es de la casa, el pequeño lo compré en una ferretería en Elizondo.

  La tradición ha conservado hasta nuestros días estos manjares gastronómicos como la cuajada (gaztambera) que se producía con leche de oveja y cuajo. La leche de oveja se ordeñaba y recogía en un recipiente llamado kaiku. De curiosa morfología, como veis,parece una jarra baja de cuerpo cónico e inclinado, con pico vertedero largo y un gran asa labrada en la misma pieza, por lo general asomada a su boca. El más tradicional es el tallado en madera de abedul (blanda, poco pesada pero resistente y abundante en el País Vasco y el norte de Navarra). Hay dos modelos principales uno para el ordeño (más inclinado para facilitar el proceso) y otro para presentarlo o servirlo en la mesa. Para hervir esta leche, como el recipiente era de madera y no se podía poner directamente al fuego, se utilizaban piedras incandescentes (esne harriak) que se vertían haciendo hervir la leche y obteniendo de ese modo un aroma y un sabor del característico requemado (kizkilurrin). Esta leche, una vez hervida, se dejaba enfriar  a 38º C y se le añadía el cuajo animal (que procedía del 4º estómago de los rumiantes) consiguiendo la cuajada.

Siempre es buen momento para comprar unos “souvenirs”.

 

  Y ahora os explicaré la receta de hoy, cómo hacer unas ricas cuajadas de leche fresca pasteurizada de oveja. Vamos con la receta. Los ingredientes pocos pero de calidad. La leche la encontré en el supermercado SUMA de Santesteban. Es de la marca Ultzama que tiene su empresa en el mismo valle navarro de Ultzama, con ganadería propia (ovejas de la raza francesa lacaune) y elabora desde leche fresca de oveja a cuajo, quesos, cuajadas, … Y el cuajo también es de la misma marca. En el supermercado tenían tres tipos de leche fresca pasteurizada de oveja de Ultzama: normal, con una pizca de azúcar añadido y kizkilurrin. Pero como bien explican ellos en su web …

  “Postres Tradicionales de Ultzama, queriendo seguir con la tradición, elabora leche de oveja pasteurizada ya con ese sabor a kizkilurrin para que puedas hacer la tradicional cuajada “quemada“ de Ultzama sin tener que utilizar piedras ni hierros al rojo vivo. Ese ligero sabor a quemado se consigue a través de la caramelización del azúcar de la leche (la lactosa), la leche se puede elegir “con azúcar” o “sin azúcar”. Hay tres tipos de cuajo según su origen: animal, vegetal y microbiano. Nosotros te ofrecemos el cuajo de origen microbio que coagula la leche cuando esta se encuentra a 50-60ºC, nos parece el más indicado para garantizar la higiene de la cuajada. También te facilita el cuajo microbio que cuaja la leche a unos 55-60ºC ganando en higiene respecto a la antigua cuajada que se cuajaba a la temperatura ideal de desarrollo de microorganismos patógenos.

  En el Valle de Ultzama, desde el año 2.010, se celebra anualmente en el mes de Junio, el “Día de la Cuajada”. Durante este día, se realizan demostraciones como la elaboración del colchón de lana, el ordeño de ovejas y por supuesto la elaboración tradicional de la cuajada. Además hay exposiciones de diferentes artesanos del valle y degustaciones de los mejores productos”.

  La cuajada es un postre tradicional típico de la gastronomía del norte de España, del Valle del Pas en Cantabria, del Valle de Ultzama en Navarra, de Castilla León, La Rioja, el País Vasco, Huesca, … De textura suave y cremosa está  elaborada principalmente con leche de oveja. En algunas zonas se utiliza leche de cabra, e incluso de vaca, pero la manera tradicional es elaborarla con leche de oveja. La leche de oveja tienen más materia grasa (20% frente al 10% de la de vaca), un extracto seco más alto y eso es lo que hace que sea muy consistente y la más idónea para producir este postre. Su elaboración es muy sencilla y se hacía siguiendo la receta de los pastores, que ellos mismos elaboraban en la época en que parían las ovejas, principalmente en primavera.

  La cuajada es un producto que se obtiene por la coagulación de la leche añadiéndole cuajo. En sus orígenes procedente de las propias ovejas paridas, concretamente de su estómago. Es un postre lácteo, pero no fermentado (como en el caso del yogur, por ejemplo), es una “leche cuajada”. Para degustarla se le va añadiendo miel o azúcar según se va consumiendo, pero sin remover. Es decir, se recomienda meter la cuchara y, sin revolver, ir comiendo de arriba abajo para apreciar la textura de la cuajada, la miel y los frutos secos. No se remueve como un yogur. También se elaboran cuajadas de chocolate, turrón, … y se puede elaborar tartas, helados, y otras preparaciones.
  Según la tradición histórica el cuajo se descubrió por primera vez aproximadamente hace de 4.000 a 5.000 años en Egipto. Se empleaban tripas y, sobre todo, estómagos. En aquella época, para realizar grandes desplazamientos se empleaban los estómagos secos de animales. En ellos se guardaban líquidos como el agua y la leche. Fue así como se supo que esta última, al alcanzar a una determinada temperatura, se cuajaba por la intervención de una enzima, consiguiendo de esta forma que el producto se conservase más tiempo gracias a la enzima del cuajar. De este modo se desarrolló a lo largo de los siglos el arte de hacer quesos. Este derivado lácteo no es otra cosa que el resultado de la acción de una enzima llamada renina, fermento o cuajo, y que tiene la propiedad de coagular la caseína de la leche. El cuajo natural se relaciona por tanto con la producción del queso desde tiempos inmemoriales. Si solo coagular la leche, obtienes la cuajada; si continúas con el proceso y la desueras, consigues el queso fresco y, a partir de ahí, si sigues separando el suero de la leche y vas añadiendo tiempo de curación, obtendrás quesos con diferentes puntos de maduración. La madera, y después el barro y el vidrio, son los elementos que mejor preservan la elaboración los postres tradicionales.
  Existen tres tipos de cuajo: animal (del 4º estómago de los rumiantes), vegetal (se extrae de vegetales como la flor de cardo o el galio, conocida como planta “cuajaleche” muy abundante en terrenos húmedo como los de Navarra y País Vasco) y microbiano (como el Rhizomucor Miehei del cuajo líquido de Ultzama).

  Pues con la leche fresca de oveja y el cuajo os explicaré como hacer este postre tan sencillo y tan tradicional. Os resultará muy fácil de preparar. Elaborar una auténtica cuajada artesana es muy sencillo, solamente debemos tener en cuenta dos factores, por un lado la calidad de las materias primas, leche de oveja y cuajo, y por otro lado la temperatura a la cual se realiza la reacción. Esta leche es 100% leche de oveja y ha sido sometida a un proceso de pasteurización y homogeneización, y por tanto no hace falta hervirla ni cocerla; solamente con templarla es suficiente. La leche debe ser entera y fresca (pasteurizada solamente, no uperisada). Es decir, no de brick si no fresca, la encontraréis solo en la sección de refrigerados.

Cuajada

INGREDIENTES (para unos 6 tarritos pequeños):

– 1 l de leche de oveja fresca pasteurizada (no de brick), yo he utilizado kizkilurrin de Ultzama

– 3-4 gotas de cuajo para cada tarrito (18-20 gotas para recipiente grande de 1 l)

 

  Puesto que la leche de oveja que he utilizado está pasteurizada no hace falta hervirla. Preparar los tarritos con 3-4 gotas de cuajo, yo lo he utilizado químico y la temperatura que recomienda de la leche es 55ºC. Calentar la leche, sin dejar de remover, hasta 55ºC aproximadamente (si no se dispone de termómetro viene a ser cuando empiece a humear). Esa es la temperatura a la que recomienda el fabricante de mi cuajo que se debe añadir la leche (en caso de no utilizar cuajo Postres Ultzama ver instrucciones de fabricante). Verter la leche sobre los tarritos (siempre poner el cuajo previamente, nunca después) y dejar que cuaje al menos 10 minutos sin mover los recipientes. Cuando estén fríos guardar en la nevera cubiertos por film o papel Albal.

Se puede consumir tal cual,

acompañada de frutos secos

como estas nueces pecanas

o de un buen chorro de miel.

Esta miel en concreto es de Brezo, de La Rioja.

  Se recomienda no “batir” los ingredientes con la cuchara sino coger las texturas diferentes en la misma cuchara y mezclar en la boca para apreciar la suavidad de la cuajada. Como veis está totalmente cuajada sin hacer nada más que añadir las gotas de cuajo.

Como veis una de las cuajadas la hice en el kaiku tradicional.

¿Y a ti cómo te gusta más? A mi con miel y nueces.

  Esta que preparé en unos tarros rojos nos la comimos previamente en Navarra, es de la marca Goshua. Para San Fermín sacan un envase especial con el color rojo de los Sanfermines. Tengo una amplia colección de tarros de todas las formas y colores. Además hace juego con mi jarra (también reciclada, de miel cántabra). Aquí no se tira nada, y si es bonito menos aún. Y tenía que repetir la sesión de fotos con nueces ibéricas jejeje.

  Ojo al dato, la siguiente versión será de chocolate, sin azúcar y está mmmmmmmm.

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Cuajada de chocolate

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  Lo prometido es deuda, hoy os traigo la versión chocolateada de la cuajada tradicional. También hecha con leche fresca de oveja pasteurizada y cuajo de Postres Ultzama, pero con un ingrediente adicional, chocolate mmmmm.

  Además no lleva azúcar añadido y está taaaannn rica. En casa ha triunfado. Y han durado poco la verdad, todo un éxito, sin encender el horno.

La receta de esta maravilla de textura cremosa y suave al paladar es del maestro chocolatero Rafa Gorrotxategui, la encontré en uno de los programas de David de Jorge de Robin Food.

  Si queréis saber un poco más acerca de la historia de la cuajada y su elaboración visita el post que publiqué ayer. Esta cuajada os sorprenderá, tiene una textura similar a una mousse suave al paladar, cremosa, mmm es inexplicable, no pensé que fuera a gustarme tanto. Para que se funda bien el chocolate esta vez calentaremos más la leche. Aunque Chocolates Valor suele ser mi marca de referencia esta vez he elegido un chocolate navarro, por la cosa de hacer la cuajada más “a la navarra”.

  La marca es Pedro Mayo, maestros chocolateros desde 1.847. Es una empresa navarra fundada en los años 60 del siglo XIX por Pedro Mayo Etuláin, natural de Ochagavia/Otsagabia (Navarra), en la pamplonada calle Zapatería. Fabricaba chocolate, dulces y cerería, vendiendo los anteriores y productos ultramarinos. Posteriormente se centraron en el chocolate. Actualmente forman parte de una corporación, Chocolates de Navarra.

Cuajada de chocolate

INGREDIENTES (para unos 6 tarritos pequeños):

– 1 l de leche de oveja fresca pasteurizada (no de brick), yo he utilizado kizkilurrin de Ultzama

– 6 gotas de cuajo para cada tarrito

– 200 g de chocolate cobertura negra (he utilizado al 62%)

 

  Poner la leche de oveja pasteurizada en un cazo y hervirla. A continuación añadir el chocolate rallado y bajar el fuego sin dejar de remover. Una vez disuelto retirar del fuego y pasarle el turmiz para evitar grumos. Preparar los tarritos con 6 gotas de cuajo, yo lo he utilizado químico y la temperatura que recomienda de la leche es 55ºC. En este caso es muy recomendable utilizar un termómetro para asegurarse de la temperatura y no “matar” el cuajo. Esa es la temperatura a la que recomienda el fabricante de mi cuajo que se debe añadir la leche (en caso de no utilizar cuajo Postres Ultzama ver instrucciones de fabricante). Verter la leche chocolateada sobre los tarritos (siempre poner el cuajo previamente) y dejar que cuaje al menos 10 minutos sin remover ni mover los recipientes. Cuando estén fríos guardar en la nevera cubiertos por film o papel Albal. No os extrañe que no añada azúcar, lleva el procedente del chocolate, y os aseguro que es suficiente. Queda riquísima.

Se prepara en un momento, no necesitas encender el horno y se toma fresquita !!!!!

Podéis verter unas virutas de chocolate.

O tomarla tal cual.

¿Os animáis a prepararla?

  Atención, atención, tengo la heladera en el congelador, aviso, próxima receta helado de cuajada.

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Helado de cuajada de oveja

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  Un mes de sequía y en 4 días subo 3 posts 🤣🤣 Bueno pues ya estoy de vuelta con otro postre tradicional vasco-navarro pero con una vuelta de tuerca. Nunca había tomado helado de cuajada, ni siquiera sabía que se comercializara. Lo descubrí en un supermercado en Navarra y nos encantó a todos. Así que a la vuelta del viaje hice dos cosas: cuajadas tradicionales como si no hubiera mañana, con leche de oveja y el cuajo que me traje del viaje a Navarra, y metí la heladera de mi K.A. en el congelador. Y en un pis pas helado casero y rico.

Además de degustar productos de la zona me gusta llevarme algunos souvenirs.

Con mis cuajadas caseras nos pondremos manos a la obra.

    ¿Hay algo más refrescante en las calurosas noches valencianas que un helado? Pues con este postre cierro la trilogía de la cuajada (en lugar de la del Baztán de Dolores Redondo que me estoy leyendo). Tres postres con la leche de oveja fresca y el cuajo de base. Aunque la próxima receta va a ser también una especialidad del País Vasco en los últimos años.

Helado de cuajada de oveja

INGREDIENTES para 1l de helado:

– 500 g de cuajada tradicional de oveja (ver versión casera aquí)

– 100 g de azúcar (25% azúcar invertido)

– 200 ml de nata líquida con 35% de materia grasa

– 1 yema de huevo

– Nueces picadas

– Miel

  Batir con varillas la nata sin llegar a montar totalmente. En un bol (yo he utilizado una batidora de vaso) batir el resto de ingredientes. Mezclar ambas preparaciones y mantecar en la heladera siguiendo las instrucciones del fabricante. Verter en un contenedor de helado e ir añadiendo unos chorros de miel y nueces picadas entre medias. Congelar unas horas y consumir. En casa no dura mucho.

Queda así de cremoso.

Otra manera más refrescante de tomar lácteos.

También podéis congelar en porciones individuales, listas para hincar el diente.

¿Te animas a preparar este postre tan refrescante?

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Tarta de queso La Viña

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  Hola, ya estoy de nuevo por aquí, después de la trilogía de las cuajadas vuelvo con otra receta traída del norte. Desde hace unos años se ha hecho muy conocida una tarta de queso llamada La Viña. El nombre corresponde a un bar de pintxos de San Sebastián, tenía muchas ganas de hacerla pues ya sabéis que me pirran las tartas de queso. El caso es que quería probar la original antes y …. ¡¡¡¡¡¡madre mía del amor hermoso!!!!!!! ¡Qué rica! Ya la he hecho cuatro veces.

  Es súper fácil porque no hay más que mezclar todos los ingredientes y hornear. No lleva base de galleta y para hacerla como la original necesitamos forrar el molde con papel de horno humedecido con todas sus arruguitas. La he preparado al natural y también con una cobertura que tenía por casa. Está rica de todas las maneras pero sobre todo es que es muy rápida de hacer, ni base de galleta, ni baño María ni siquiera necesita cobertura.

  Es un curd de chocolate y naranja que está espectacular!!!!! Es de origen inglés, el tradicional es de limón pero esta marca @thursdaycottage fabrica curds en varios sabores, es una crema untuosa de chocolate, no demasiado dulce y con un toque a naranja. Creo que lo compré en El Corte Inglés en una de esas semanas que traen productos internacionales. Me tenía que haber llevado 6 , es que está taaaaan rico este curd de chocolate y naranja.

  Ya que estuvimos por Navarra hace unas semanas de vacaciones, aprovechamos para ir a San Sebastián y degustar la famosa Tarta de queso del restaurante La Viña. Todo un acierto, está deliciosa. La receta original no es ningún secreto, ellos mismos nos la ofrecen. Yo he adaptado las cantidades a un molde más pequeño.

El tamaño original es para unas 10-12 raciones y pesa casi 2 kg.

El chocolate casa muy bien con esta deliciosa tarta.

Pero al natural está también muy rica.

Hay que hornearla lo justo para que quede un pelín más blanda por dentro.

Ya sabéis, que tras apagar el horno quede ligeramente temblorosa por el centro.

Tarta de queso La Viña

INGREDIENTES (5-6 raciones):

– 450 g de queso crema tipo Philadelphia

– 225 ml de nata líquida con 35% de materia grasa

– 180 g de azúcar

– 3 huevos L

– 1 cucharada sopera o TBSP de harina

– Un sobre de azúcar avainillado (opcional)

  En un bol mediano mezclar todos los ingredientes con la ayuda de una cuchara de madera hasta que estén bien integrados. Precalentar el horno a 215º C con calor arriba y abajo. Preparar el molde (el mío es de 17 cm de diámetro y desmontable) y forrar con papel sulfurizado que habremos humedecido previamente. Verter la mezcla en el molde y hornear a 215ºC a media altura durante unos 40 minutos. Ha de estar un poco temblorosa por el centro. Después apagar el horno y abrir un poco para que se enfríe poco a poco. Sube bastante en el horno y luego baja por lo que el molde debe ser alto. No os preocupéis que es normal, se hunde un poco en el centro pero está riquísima. Lo ideal es dejarla, una vez fría, en el frigorífico cubierta con film hasta el día siguiente. Estará aún más rica.

¿Con o sin cobertura?

No dejéis de hacerla, es sencilla y no falla, su sabor gusta todos.

Bien fresquita es perfecta para combatir estos calores de agosto.

  Ideal para llevar a casa de unos amigos en verano, no hay riesgo de que se estropee por el camino.

 

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Sorteo con Lacasitos

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🎁 SORTEO en Instagram 🎁

 

¿Quieres participar?

Con @lacasitos_oficial sorteo un lote de 15 unidades de Chocolatinas Lacasitos rellenas de leche SIN ACEITE DE PALMA

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CONDICIONES:

📌 El ganador se elegirá mediante aplicación random. 

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📌 Duración del sorteo hasta el día 30 de septiembre a las 23:59h.

📌 Válido para el territorio nacional

📌 Anunciaré el ganador el día 1 de octubre en este mismo post y en la publicación de IG

🍀 Mucha suerte a tod@s 🍀 

 

Halloween 2.018

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  Hola a todos, sí, sigo aquí aunque lleve 3 meses de retraso!!!! Voy retomando el blog después de un largo verano y un comienzo de curso muy perezoso. Soy de la opinión que las cosas pasan cuando tienen que pasar, sin forzar, sin obligaciones, las justas. Así que aquí estoy de nuevo para deleitaros con nuevas recetas y creaciones. Y qué mejor ocasión que esa fiesta que tanto me gusta, Halloween. A lo largo de estos años he preparado diferentes modelos de galletas decoradas y postres. Aunque he estado bastante activa en Instagram, siempre publico los postres en el blog a posteriori pues son para degustar en estos días.

  Desde el año 2.011 venimos celebrando esta fiesta tan americana en el barrio. Ocho fiestas de Halloween con sus correspondientes galletas, disfraces, adornando la entrada y disfrazándose mi marido para asustar un poco a los niños mientras yo les recompensaba con una galleta.

  Pues este año de nuevo he preparado galletas y postres, y mi marido se ha vuelto a disfrazar con mi buen amigo Carlos para dar un buen susto a los niños del barrio mientras yo volvía a recompensarlos con una sencilla galleta o un cupcake.

  He glaseado tantas a lo largo de estos años para repartir entre los niños que esta vez he decidido cambiar de modelo y hacerlas igualmente ricas pero con una decoración más sencilla.

Para esta ocasión les he dado relieve con la ayuda de este rodillo que compré aquí.

Han quedado bastante resultas ¿no os parece?

He repartido mis dulces entre la familia, los amigos y he llevado unos cupcakes muy especiales para las compañeras del hospital, muy al estilo de la enfermera que llevo dentro.

Los cupcakes de calabaza ya son un clásico, esta vez con frosting de queso crema.

Así lucen más terroríficos ¿verdad?

Otra opción para unos cupcakes de miedo es decorarlos un poco más sangrientos.

Como estos Cupcakes Red Velvet con queso crema y un atrezzo rojo sangre.

Las jeringas van rellenas de Sunny Delight con un pelín de colorante rojo Kopykake.

En el hospital hicieron furor entre mis compis.

Así las galletas básicas de mantequilla lucen un poco más terroríficas.

No hay nada más Halloween que una terrorífica calabaza.

Como veis me lo paso pipa decorando.

Este año he vuelto a preparar el cementerio con brownie súper chocolatoso.

Por un Halloween terrorífico🎃 🎃 🎃 🎃 🎃 🎃 🎃 🎃 🎃

Esto es lo que ha dado de sí la fiesta de este año.

 

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Galletas de avena

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  Esta es una de esas recetas que quería hacer desde hace mucho tiempo, llevan gran cantidad de avena, que me encanta, y pensar en comérmelas en forma de sandwich rellenas de crema de queso mmmmmmm.

  Son perfectas para un desayuno o merienda para cargar bien las pilas. Están deliciosas!!!!! Solas o rellenas, me gustan de todas las maneras. Con un buen uso de leche o un café, o un Chai tea latte.

  ¿A qué apetece darles un bocado?

  Cuando leí la receta de Jamie, de My Baking Addiction, pensé que llevaba demasiada avena, pero no, luego quedan riquísimas. Vamos con la receta, recordad, ingredientes a temperatura ambiente. El azúcar moreno es mejor que sea de grano fino.

 

Galletas de avena

INGREDIENTES:

Cookies

– 230 g de mantequilla sin sal a temperatura ambiente

– 150 g azúcar moreno fino (o light brown sugar)

– 100 g de azúcar blanco

– 2 huevos tamaño L

– 1 cucharadita o TSP de extracto de vainilla

– 190 g de harina

– 1 cucharadita o TSP de bicarbonato sódico

– 1 cucharadita o TSP de canela en polvo

– 1/2 cucharadita o TSP de sal

– 270 g de copos de avena

Crema de queso

– Ver receta aquí

  Precalentar el horno a 180ºC con calor arriba y abajo. Preparar bandejas de horno con Silpat, lámina de teflón o papel de horno. En un bol mezclar y tamizar la harina, la sal, el leudante y la canela. Mezclar la mantequilla pomada con los azúcares en un robot tipo KA, con la pala, hasta que se obtenga una mezcla cremosa.  Añadir los huevos e integrar. Lo mismo con el extracto de vainilla. Agregar la mezcla con harina poco a poco hasta integrar. Por último añadir los copos de avena. Con la ayuda de una cuchara de helado formar bolas y colocar en la bandeja, no más de 6, crecen bastante (fijaos en las fotos). Hornear a media altura unos 15 minutos o hasta que se doren ligeramente (menos tiempo si ponéis menos masa). Sacar del horno y dejar 5 minutos más en la bandeja. Luego dejar que se enfríen sobre una rejilla. Aguantan bastantes días en una lata o contenedor hermético si no están rellenas, si llevan crema de queso podéis guardarlas varios días en la nevera en un contenedor hermético y sacarlas 1h antes de comerlas.

  Cuesta más pesar los ingredientes que hacerlas, y no sé por qué no hago cookies más a menudo.

Las cookies quedan blanditas y masticables.

Tengo que volver a hacerlas sí o sí.

Definitivamente se quedan en mi lista de galletas favoritas.

  Podéis comerlas solas, con un buen vaso de leche o en modo sandwich rellenas de crema de queso.

Tienen un bocado de lo más apetecible ¿no os parece?

 

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Angel Food Cake

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  Hola !!!!! Ya estoy aquí de nuevo. Hace mucho tiempo desde la última publicación, demasiado. Los que me seguís en Instagram o Facebook sabéis que estos meses no he dejado de hacer postres. Es sólo que cada vez me cuesta más sentarme a elegir una receta, adaptarla, probarla, hacer el reportaje, editar las fotos, elegirlas, crear el texto, … Ya sabéis, sobre todo los que tenéis blog, que es mucho tiempo y estos meses no he tenido muchas ganas tampoco. Pero como me dice mi amiga Amparo ¿no has publicado nada desde noviembre? Y me he dado cuenta de lo abandonado que lo he tenido a mi querido blog. Además es mi recetario, si no anoto las recetas luego no sé cuál he adaptado, qué proporciones he utilizado, qué ingredientes, molde, … Ando escudriñando las fotos a ver si me da alguna pista y es un auténtico lío.

Así que hoy por ser mi Santo me he decidido a retomar otro de mis trabajos, el blog. Tengo la friolera de 16 postres pendientes así que ya veis que parar de hornear precisamente no he parado. Con paciencia, tiempo y sin prisa os enseñaré lo que he estado preparando estos meses.

En este tiempo me he dado cuenta de que el blog ha recibido más de 1.000.000 de visitas !!!!!!!!! Increíble !!!!!!!!!

  Bueno pues sin más dilación vamos con la receta de hoy, Angel Food Cake. El nombre es de lo más acertado pues un bocado de este bizcocho de claras tan esponjoso es como darle un bocado a una nube de azúcar. Ya sabéis que el primero que preparé fue el Chocolate Angel Food Cake. Pero este, sin duda, es el favorito en casa. Y merece una de mis famosas investigaciones sobre la historia de este postre.

 Es un clásico de la repostería americana. Un pastel alto y vistoso, preparado tan solo con claras de huevo, azúcar y harina. Como resultado se obtiene un pastel, ligero y esponjoso. No lleva grasa y por tanto es un pastel bastante poco calórico, comparado con otro tipo de pasteles, no más de unas 110 kcal por ración. Eso sí, las calorías las aporta básicamente el azúcar, unos 27 gramos de azúcar por ración.

  El Angel Food Cake es un bizcocho de claras sin grasa, se diferencia de otros bizcochos americanos similares por no tener mantequilla en su composición, como el Silver Cake, Lady Cake, Snow-drift Cake, o Cornstarch Cake.

  El horneado de este curioso bizcocho se remonta a principios del siglo XIX. En aquella época no existían los batidores rotatorios manuales ni evidentemente eléctricos. Se dice que su origen es americano, de los estados sureños (en concreto de la ciudad de St. Louis). Incluso se dice que debido a la fuerza que había que hacer batiendo durante tanto tiempo fueron los esclavos afroamericanos los que los preparaban. De hecho son bizcochos típicos en los festines afroamericanos tras los funerales. Se hizo muy popular tras inventarse el batidor de manivela que facilitaba su preparación, y también tras comercializar el molde especial Angel Food. El molde fue patentado en Estados Unidos el 11 de febrero de 1.902 (solicitud presentada el 19 de marzo de 1.901). Los moldes con centros cónicos estaban disponibles mucho antes de esta fecha (ya se nombra en el libro American Pastry Cook de Jessup Whitehead en 1.894 y las imágenes de este tipo de moldes para la venta en anuncios). Fue por fin, en 1.902 que se obtuvo la patente # 692,919 de la Oficina de Patentes de los Estados Unidos.

  En 1.856 el americano Ralph Coulier patentó el primer mecanismo batidor con partes rotatorias, y en los años siguientes se sucedieron las imitaciones. Otro batidor de huevos giratorio hecho a mano fue patentado por J.F. y E.P. Monroe en 1.859 en los Estados Unidos. Su patente de batidor de huevos fue una de las primeras que compró Dover Stamping Company, cuyos batidores de huevos de Dover se convirtieron en una marca estadounidense clásica.

  Consiguió mejorarlo Willis Johnson, en 1.884. Estaba pensado para batir y mezclar huevos y otras masas mediante la acción de una manivela manual que movía dos varillas metálicas en direcciones opuestas. Esto facilitó mucho el trabajo.

  En 1.871 en un libro de cocina sureña, ya se habla de un pastel similar pero con mantequilla en su masa. La primera receta para Angel Food Cake se publicó en la 2ª edición (no en la 1ª ed.) del Isabella Stewart’s The Home Messenger Book of Tested Recipes, Detroit, 1.878.  Fue el primero en publicar la receta más cercana a los actuales Angel Food Cakes, sin mantequilla ni grasa en su elaboración y sólo claras. Lo llama “Angel’s Food

Los Angel Food Cakes pertenecen a la familia de los Foam Cakes junto con los Chifon Cakes, a diferencia de esos solo llevan claras en su preparación.

  El Angel Food Cake es un bizcocho esponjoso y muy muy aireado. Lo podríamos traducir como Bizcocho de Ángel. El secreto es formar un buen merengue francés. Un bizcocho de claras, sin levadura, sin materia grasa y el resultado es como nube de azúcar. Riquísimo. Eso sí, si le tengo que poner una pega es el desmoldado. Se ha de utilizar un molde hondo especial con chimenea, patitas y de aluminio y bajo ningún concepto se untan las paredes del molde con mantequilla o aceite, va “desnudo”. La masa sube agarrándose a las paredes del molde, de ahí que no se engrase. Una vez horneado se le da la vuelta al molde y se deja así durante 1h, de lo contrario el bizcocho baja. Pasado ese tiempo, para desmoldarlo, se separa el bizcocho de las paredes con la ayuda de una espátula haciendo un movimiento circular para despegarlo. Después se utiliza la misma técnica para retirar la chimenea. El desmoldado no es el más perfecto pero el resultado del bizcocho es increíble.

  Con la invención de las varillas con manivela y luego del batidor eléctrico su preparación fue coser y cantar. Además desde que tenemos claras pasteurizadas no es necesario desechar ni una yema. Cuando se bate, la clara incorpora tanto aire que puede aumentar hasta 8 veces su volumen. La particular combinación de las distintas proteínas (ovoalbúmina, ovomucina, lisozima, globulinas, ….) que la constituyen hace este pequeño milagro. Habitual e históricamente se añade una pizca de sal a las claras antes del montado pero según Dario Bressanini y su libro La ciencia de la pastelería es un error muy común. De hecho se obtiene el efecto contrario. Lo más adecuado es añadir un ácido, por ejemplo unas gotas de zumo de limón (ácido cítrico) o cremor tártaro.

 

Ahora os daré una serie de consejos y trucos muy útiles para preparar los Angel Food Cake:

– Utilizar las claras de huevo a temperatura ambiente o ligeramente templadas, a 40º C máximo (no es estrictamente necesario calentarlas). Si usáis claras no pasteurizadas es más fácil separarlas de la yema con el huevo frío. No debe quedar ni rastro de yema, cualquier traza de grasa como de yema impregnada en el bol o el batidor reducirá el volumen de la espuma. Una sola gota de yema puede reducir en ⅔ el volumen final de la nieve.

– El cremor tártaro mejora la calidad del Angel Food Cake pues estabiliza las claras aumentando su volumen, da blancura y mejora la miga.

– Lo mejor es utilizar un bol de acero inoxidable o cristal bien limpio y libre de grasa. Se le puede pasar un poco de papel de cocina impregnado en zumo de limón para asegurarse.  Es preferible evitar el plástico pues a veces, incluso lavándolos a fondo retienen grasa (su estructura es afín a las grasas). Mejor evitar también el hierro y el aluminio pues tiñe la nieve de las claras, de rosa y gris respectivamente. Antiguamente se recomendaba utilizar materiales de estaño pues forma un complejo estable con una de las proteínas de la clara y aunque tarda un poco más en montar la nieve el resultado es más estable. Eso sí, teñía ligeramente de amarillo/dorado la nieve.

– Empezar a batir las claras lentamente para conseguir un merengue más estable. Luego a velocidad media y finalmente a alta velocidad. No añadir sal en este punto, mejor añadírsela a la harina. Si se bate poco no habrá suficiente aire en la preparación y si se sobrebate las claras quedarán secas y se desinflarán. Esta parte es muy importante.

– No poner todavía el azúcar, hasta que no hayamos conseguido un poco de volumen , al menos cuadruplicar su volumen. Si no el volumen final será menor.

– El azúcar se añade poco a poco para evitar que baje en exceso nieve de las claras. Si es del tipo Caster sugar mejor (extrafino). Tiene un papel doble, forma la estructura junto con las claras e impide la formación de gluten (en ausencia de grasas). En este paso se podría añadir una pizca de sal ya que a diferencia de los macarons aquí no hay secado, se hornea rápidamente una vez formada la mezcla.

– Cuanto más cantidad azúcar se añada veréis que queda más denso y estable el merengue (hay que añadir más o menos la misma cantidad que de claras). El azúcar debe disolverse completamente.

– La espuma resultante debe quedar muy firme. Al volcar el cuenco la espuma no debe caer. Al retirar el accesorio batidor el merengue debe quedar “quieto” y formar puntas en las varillas que mantengan su forma.

– Es muy importante tamizar tanto el azúcar como la harina en dos ocasiones. Cuanto mas aireado lo que añadamos más aligerada quedará la mezcla. He probado a sustituir una parte de la harina por harina bizcochona, de la que lleva levadura incorporada pero sólo ¼ parte del total (25 g). La miga queda más fina pero ojo sólo añadir un pequeño porcentaje pues si no os crecer á una especie de hongo.

– Ya os he explicado que este tipo de cake necesita un molde especial, de chimenea, mejor si es desmontable y de aluminio. En este caso el molde no precisa engrasado. Sí, habéis leído bien, queremos que la mezcla se adhiera a las paredes y no se resbale hacia abajo. No queremos que colapse durante la cocción. Por lo tanto es imprescindible que no se engrase. Si no es desmontable podéis poner papel de horno en el fondo (con un agujero) para no destrozarlo al sacarlo del molde.

– La incorporación de la harina se hará bien aireada y en varios tiempos (repartir en 4 adiciones) para evitar que nuestra masa baje en exceso. A continuación, con la ayuda de una espátula de goma, incorporar la harina a la mezcla con la técnica de doblar la mezcla y roturan cuarto de giro el bol, al mismo tiempo “se dobla” la mezcla levantándola desde abajo y dándole la vuelta. Viene a ser unas 12 veces, no más para no colapsar la mezcla. Una vez preparada la mezcla hornear rápidamente, para no dejar escapar el aire atrapado.

– Meter en el horno a 190ºC a media altura unos 40 minutos sin abrir la puerta hasta el final del horneado. Durante la cocción el calor expande las burbujas de aire atrapadas. El agua presente, al evaporarse, las infla. Pinchar con un palito y si aún sale húmedo dejar 5 minutos más.

– Una vez listo el Cake sacar del horno y voltear inmediatamente. De esta manera se evita que la gravedad pueda hacerlo colapsar bajo su propio peso. A veces me ha pasado que en mi molde de 18 cm he vertido una cantidad de mezcla que en principio era para un molde de 24-25 cm y ha crecido tanto que al dar la vuelta al molde la “barriga” del cake se toca con la encimera. Lo podéis arreglar poniendo un supletorio a las patas, yo pongo 3 rodajas de madera que tengo. En la página de Martha Stewart tiene una curiosa manera de poner a enfriar el cake.

– Para desmoldar hay que introducir un cuchillo sin sierra o una paleta larga y estrecha de manera rápida deslizando por los bordes para liberar el cake. Por eso luego no queda una superficie tan perfecta, es inevitable, unas veces se queda mejor que otras.

– Dada su estructura un poco gomosa lo mejor es cortar el Angel Food Cake con un cuchillo con la hoja de sierra.

– Se conserva a temperatura ambiente varios días, también se puede refrigerar y congelar.

Angel Food Cake

INGREDIENTES:

– 9 claras de huevo de tamaño XL (250 ml)

– 1 TSP o cucharadita de cremor tártaro (en su defecto un poco de zumo de limón)

– 100 g de harina fina de maíz tamizada (Maizena)

– 300 g de azúcar extrafino (Caster sugar)

– 2 TSP o cucharaditas de extracto de vainilla incoloro

  Precalentar el horno a 190ºC. Tener preparado el molde, no hace falta engrasarlo esta vez. Tal y como habéis leído en la parte superior de la publicación batir las claras a punto de nieve junto con el cremor tártaro, hasta que cuadrupliquen su volumen, primero a menos velocidad y gradualmente ir a más.  Una vez formada la nieve y habiéndose formado picos suaves y blandos añadir poco a poco el azúcar en varias tandas, gradualmente y al ras, sin dejar de batir pero a velocidad mínima. Seguir batiendo a velocidad media hasta que se forme un merengue con picos suaves de manera que si dais la vuelta al batidor se formen unos picos firmes pero no duros en las varillas. Añadir ahora un poco de vainilla o cualquier aromatizante. A continuación añadir la harina tamizada 2 veces, sí dos, cuanto más aireada caiga menos apelmaza las claras. Lo haremos en 2 ó 3 veces. Y mezclaremos a mano con la ayuda de una espátula y con movimientos envolventes, no más de 10 veces, para que la mezcla no baje y colapse. Verter inmediatamente en el molde. Hornear durante 45 minutos, los últimos 5 minutos a 170º C con aire. No abrir el horno en todo el tiempo de horneado. Una vez testado el interior con un palito sacamos del horno e inmediatamente lo volteamos y dejamos que se enfríe en la encimera sobre sus patitas como mínimo 1h. No hay que preocuparse, no se despegará y caerá. Pasado este tiempo dar la vuelta al molde, meter en el borde una espátula o cuchillo estrecho y de manera firme y rápida despegar el cake del molde. Desmoldar y a disfrutar. No será el más bonito del mundo pero sí el más esponjoso.

 

La tarea más difícil es el desmoldado.

Aún sin quedar bonito sigue siendo uno de los favoritos en casa.

Verdaderamente es como una esponja

 

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